Un juego peligroso

Mar Vázquez

OURENSE

23 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ante la crisis económica actual, el consumidor ha reaccionado reduciendo sus gastos de forma significativa, ha modificado sus hábitos de consumo y su actitud ante lo «barato» ha cambiado. Al comerciante estos cambios le pillaron con los almacenes llenos de mercancía, por lo que su reacción inmediata fue bajar los precios para hacer frente a la situación. El resultado, un par de años más tarde, ha sido esta avalancha de promociones y descuentos que se ofrecen en todos los comercios de la capital y provincia, con los que los comerciantes pretenden garantizar su facturación y su tesorería y poder así hacer frente a los pagos, en un momento, además, en el que tienen serias dificultades para acceder al crédito bancario.

Sin embargo, esta estrategia de tirar los precios es muy peligrosa porque se realiza a costa del margen comercial lógico del negocio y, mientras el consumidor piensa que esta reducción de precios no tiene límite, el comerciante llega a sacrificar todas sus ganancias, pudiendo incluso perder dinero con estas promociones. Y aunque, ahora mismo, este es uno de los pocos recursos que les quedan a los comerciantes para mantener abiertos sus negocios en plena crisis de ventas, estos descuentos tan agresivos no se pueden mantener durante mucho más tiempo, porque acaban estrangulando a los propios comercios, abocándolos prácticamente al cierre. No obstante, en esta encrucijada provocada por el desplome generalizado del consumo, el comerciante ha decidido primar la supervivencia del negocio y el mantenimiento del empleo a costa de unos resultados económicos poco satisfactorios.