Los chabolistas de Rairo rechazan la oferta de realojo en viviendas protegidas

R. N.

OURENSE

24 oct 2007 . Actualizado a las 03:19 h.

Los vecinos que habitan en el poblado ilegal construido en Rairo se mostraron ayer contrarios a aceptar la oferta de realojo que puso encima de la mesa el Concello de Ourense para acabar con una situación conflictiva, que ha propiciado tensiones entre los moradores de viviendas y galpones sin licencia -la mayoría de origen portugués y que se ganan la vida con la venta de chatarra y como vendedores ambulantes- y los convecinos de Rairo, encabezados por la directiva de la asociación vecinal.

La respuesta a la oferta de diálogo realizada, a través de los medios de comunicación que no en un contacto directo con los chabolistas, no puede ser más desmoralizadora para el gobierno local, que pretendía actuar de mediador: «De realojarnos nada. Nosotros no queremos vivir en un piso. Hemos invertido mucho dinero en hacer nuestras casas y ahora no estamos dispuestos a marcharnos», indicó uno de los afectados.

En la mente de la treintena de familias que estarían afectadas por esta nueva política municipal se encuentra mejorar sus condiciones de vida. Para ello, reclaman servicios básicos, como el agua de la traída, o el asfaltado de las pistas que conducen a sus hogares, que cuando llegan las lluvias de invierno se vuelven impracticables.

Ilegalidad

A la hora de referirse a la situación ilegal de sus viviendas -construidas en una zona verde del plan de urbanismo-, los vecinos de este asentamiento de Rairo se mueven entre la negación de esta afirmación («Pagamos a contribución e estamos legais») y el reconocimiento pero con matices: «Nós claro que estamos ilegais, pero queremos que o Concello legalice as nosas casas. De porse a tirar, tamén terían que facelo con moitos chalés dos veciños que nos queren botar fóra de aquí».

Entre los afectados consultados causó extrañeza y resignación la voluntad mostrada por el Concello de Ourense. También se refirieron de modo crítico con la decisión inminente anunciada ayer durante su visita a la zona afectada por la concejala de Urbanismo, Áurea Soto, de derribar el próximo año una nave, que es utilizada para guardar las atracciones de feria que les sirven de fuente principal de ingresos. «No sei que lles molesta. É onde gardamos todas as nosas cousas», protestan.

A la hora de buscar las causas que han deteriorado en los últimos años su relación con los vecinos de la parroquia de Rairo, la comunidad de portugueses habla de racismo: «Aínda que o neguen son racistas. Ganámonos a vida coa chatarra e as ferias, temos todo limpo e non nos metemos con ninguén, pero non nos queren aquí. Se os veciños de Rairo nos queren botar, imaxínate o que farían os donos dos pisos onde nos queren mandar».

A la espera de noticias, los chabolistas de Rairo piden a las autoridades que dialoguen y, sobre todo, que solucionen las carencias.