El texto final del gran acuerdo educativo que se está gestando tendrá su base en el documento Propuestas para un pacto social y político por la educación , elaborado con las aportaciones presentadas y hecho público días pasados por el Ministerio de Educación. Consta de doce objetivos generales, con sus correspondientes 137 acciones, para la década 2010-2020. Hay propuestas interesantes e imprescindibles para solucionar los graves problemas que tiene nuestro sistema. Sin embargo, sobre muchas de estas medidas ya viene existiendo pleno acuerdo e incluso figuran en diversas normas vigentes. No es, por lo tanto, falta de consenso o de regulación, sino de cumplimiento de lo establecido. Una sólida formación básica, la colaboración familia-centro docente, formación de padres, tutoría en todas las etapas educativas o coordinación entre primaria y secundaria, por citar solo cinco ejemplos, siguen siendo utopías que no cambiarán por el simple hecho de figurar en un pacto educativo. Aún no se ha alcanzado un acuerdo con todas las partes. El principal partido de la oposición planteó una serie de propuestas, algunas de ellas de gran trascendencia política, que de momento no tuvieron respuesta o, si la tuvieron, es ambigua. La libertad de enseñanza y de elección de centro docente por parte de los padres, el cumplimiento de una educación mínima común a toda España y la garantía de enseñanza y uso del castellano figuran a la cabeza. Es preocupación también del PP la ampliación del bachillerato, la profesionalización de la función directiva o la potenciación del esfuerzo, la responsabilidad y la autoridad. Esta última se cita de pasada en el documento del Gobierno y solamente referida al profesor. Ni se menciona la inspección del sistema educativo, contemplada en el artículo 27 de la Constitución. Siguen sin concretarse medidas para potenciar las técnicas instrumentales y el dominio de una buena expresión oral y escrita. No solo es necesaria una revisión de materias y horarios en la ESO sino, sobre todo, en primaria, para superar las graves deficiencias en lectura, escritura y cálculo. De lo avanzado hasta ahora se deduce que va a ser necesaria una modificación de la vigente LOE. No hay que olvidar que una de las principales razones del nacimiento de un pacto nacional por la educación fue evitar, de cara al futuro, los constantes cambios normativos. Por ello es imprescindible llegar a un acuerdo con todas las partes. Si este no se consigue, es preferible no seguir adelante, porque entonces, cuando cambie el color político del Gobierno, seremos testigos de una nueva reforma educativa. Este es el gran problema. Haber iniciado la negociación de un pacto implica reconocer, por parte de todos, que la educación no va bien. Si juntos no se logra mejorarla, cada uno va seguir intentándolo por su cuenta.