Hallan en Coirós un relieve pagano que podría datar del siglo I

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

COIRÓS

La talla forma parte de un santuario que es investigado por los expertos

09 sep 2011 . Actualizado a las 10:25 h.

Una figura femenina excavada en una roca, en el centro de lo que se sospecha fue un santuario rupestre. El arqueólogo Antón Fernández Malde está a punto de cerrar su investigación, iniciada hace veinte años, cuando descubrió este llamativo relieve. «Buscaba un sitio para observar o monte do Gato e atopeime con isto», señala. Entonces era estudiante de Historia sin capacidad para reclamar la atención sobre su importante hallazgo. Hoy, ya como profesional reconocido, ha conseguido dar a conocer la trascendencia de esta moura, una figura pagana que se gestó sobreviviendo a los tiempos de la romanización. El propio Antón Fernández prevé que su origen puede datar de los siglos II y IV de nuestra era, pero otros estudiosos hablan incluso del siglo I.

La mujer excavada mide 68 centímetros de altura y 15 centímetros de ancho. El tamaño de su sexo es desproporcionado, lo que acentúa la idea de objeto de culto de fertilidad. La reciente limpieza del montículo, en la aldea de Figueiras, ha permitido descubrir numerosas rocas cortadas alrededor de la moura. «As escotaduras son probas de que sobre estas rochas houbo unha estrutura de madeira», señala Fernández Malde. A poco más de un metro de la moura, se descubre una pequeña cazoleta rectangular. «Aínda non o sabemos, pero todo apunta a que se trata dun focus encastrado no que se deixaban as ofrendas», explica el arqueólogo, que encuentra en la ubicación otro de los argumentos para su tesis. «Dende aquí vese a liña traseira da Per Loca Maritima (una de las vías más importantes del noroeste español en la época romana), o sitio non está escollido ao azar», añade.

«Ata o século V, a xente da Gallaecia aínda cría en seres ou figuras herdadas do mundo castrexo», explica el arqueólogo, que ha recibido el apoyo del Concello de Coirós para acondicionar la zona. En próximos días, habrá una nueva limpieza más minuciosa de líquenes. Malde y su equipo de voluntarios confían en encontrar nuevas inscripciones o incluso restos de cerámica que clarifiquen el origen de la moura.