«Cara ao paraíso» reúne en A Coruña a Picasso, Miró y Chagall con Lugrís y Leiro

CULTURA

La colección puede entenderse «como un conjunto de miradas que van y vienen», dice el crítico Castro Flórez

22 abr 2010 . Actualizado a las 10:24 h.

Un diálogo entre el arte gallego y las vanguardias internacionales. Así presentan desde la Fundación Caixa Galicia la exposición Cara ao paraíso , inaugurada ayer en la sede de la entidad y comisariada por el historiador y crítico de arte Fernando Castro Flórez.

Entre las casi cuarenta obras expuestas se encuentran algunas que, según los organizadores de la muestra, son «determinantes da historia das artes plásticas galegas, dende Urbano Lugrís ata Darío Álvarez Basso, pasando por Colmeiro, Seoane, Granell, Leiro, Patiño ou Murado». Las obras de estos artistas comparten espacio con las de algunos de los grandes maestros de la vanguardia internacional, «como Chagall, Braque, Picasso o Miró, entre otros», apuntaba en la tarde de ayer Rosario Sarmiento en el acto inaugural.

La exposición forma parte del ciclo denominado Miradas, con el que, según recordó Sarmiento, la Fundación Caixa Galicia ha querido mostrar parte de sus fondos en cuatro exposiciones, una de ellas la abierta ayer en la sede de la institución. Y es que, según el comisario Fernando Castro Flórez, «la colección de Caixa Galicia se puede entender como un conjunto de miradas que van y vienen», un recorrido que, en opinión de este reputado historiador y teórico del arte, iría «desde las vanguardias históricas al exilio, desde la abstracción al placer neoexpresionista de la pintura, de las esculturas más burlonas a las fotografías que reformulan nuestro mundo como una inmensa naturaleza muerta».

Castro Flórez completa el dibujo de los fondos de la Fundación Caixa Galicia afirmando que también se puede decir que estos son «como un mapa en el que están marcados los viajes, las influencias, el exilio, los períodos formativos y las distancias». Ante los asistentes al acto inaugural, explicó que con el montaje de esta exposición se planteó «que no tenía que ser una historia al uso». Como prueba de ello llamó la atención sobre el hecho de que el recorrido de la exposición empieza por el arte más contemporáneo y luego los artistas ya fallecidos.

Leopoldo Nóvoa, Luis Caruncho o Molezún son los autores de algunas de las obras que comparten sala con esculturas de Manolo Paz o Leiro, lienzos de Laxeiro, Antón Lamazares, Labra y Antón Patiño, mientras que otra de las salas la ocupan Pamen Pereira y Manuel Vilariño. Según reconoció el comisario, Fernando Castro, la obra que Vilariño llevó a la Bienal de Venecia y que puede verse en una de las salas con el título de Paraíso fragmentado fue la que dio origen al título de esta muestra. «Na incerteza non existe refuxio nin fuxida. Desaparecer é retornar á orixe máis oscuro do bosque -escribe Vilariño-, un bosque que está cerca de su casa y en el que captó esos pájaros muertos», recordó Castro. En este sentido, apuntó cómo la visión de este artista le permitía ir «de lo local a lo universal», algo que destacó asimismo de Juan Muñoz, «que desde España, sin caer en ese esnobismo de irse a vivir a Nueva York, fue el artista español más internacional».