Rehabilitan la memoria de Miguel Hernández

Sergi Sánchez

CULTURA

El Gobierno entrega a la familia del poeta la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal. Los familiares piden que se anule la condena a muerte.

26 mar 2010 . Actualizado a las 22:00 h.

Este viernes se cumplen cien años de su nacimiento y el poeta de Orihuela (Alicante), Miguel Hernández, ha dado el primer paso para que su país le haga justicia. En un acto sencillo, pero cargado de simbolismo, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, entregó en mano a sus familiares la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal, en virtud de la Ley de Memoria Histórica. Un documento aprobado por el Ministerio de Justicia con el que se rehabilita la memoria y nombre del escritor, que murió en Alicante en 1942 condenado y encarcelado por el régimen franquista.

La nieta y la nuera del poeta presidieron el acto que se celebró en la Universidad de Alicante. El poeta Marcos Ana, quien ofreció en el penal de Burgos en 1960 uno de los primeros homenajes a Miguel Hernández, ofreció una lectura de poemas durante este acto de reconocimiento, enmarcado en las actividades organizadas con motivo del centenario del nacimiento del poeta y dramaturgo oriolano en 1910.

Condena a muerte

Al acto, asistieron, además de la vicepresidenta, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, el rector de la UA, Ignacio Jiménez Raneda, y el presidente de la comisión del Centenario de Miguel Hernández, José Carlos Rovira.

Aun así, los familiares del autor de Viento del pueblo o Perito en lunas demandan que se vaya más allá y se anule la condena a muerte a la que se le sentenció por «ser izquierdista» y «haberse dedicado a actividades literarias», entre otros argumentos. Esta petición, regulada también por la Ley de la Memoria Histórica, fue presentada en octubre del año pasado en la Subdelegación de Gobierno de Alicante. Pese a que la pena de muerte se le conmutó por 30 años de prisión, seis meses después de la sentencia el juicio no fue anulado, por lo que exigen su anulación.

Según han recordado desde la comisión que organiza su centenario, «la pena de 30 años de prisión, en la práctica, supuso su muerte» por las «condiciones sanitarias ínfimas» de las cárceles españolas, en concreto del Reformatorio de Adultos de Alicante, donde compartió celda con el escritor Buero Vallejo y donde moriría de tuberculosis el 28 de marzo de 1942.