Los policías locales, ángeles guardianes de los mayores de 80 años que viven solos en Vigo: «Va a más»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Policía Local de Vigo

Llevan más de 420 rescates este año, con algunas situaciones dramáticas

17 dic 2023 . Actualizado a las 00:17 h.

Miles de ellos emigraron de jóvenes desde la aldea para trabajar en la ciudad y perdieron así sus raíces y el apoyo y la red de cuidados mutuos de sus comunidades rurales. Ahora, tras su jubilación, viven solos y enfermos en un piso o casa, rodeados de cemento en un barrio anónimo de Vigo, sin contacto con la familia y con un deterioro cognitivo o físico que se agrava mientras sueñan con una plaza en un geriátrico. Una caída al levantarse de la cama les acarrea un percance. En Vigo hay 21.000 mayores de 80 años y 30.000 septuagenarios.

La Policía Local de Vigo ha realizado a lo largo de este año un total de 2.386 intervenciones de carácter humanitario, de las que una quinta parte son para auxiliar a mayores en sus domicilios. Al menos, 428 servicios consistieron en alertas por caídas accidentales en las viviendas. Suelen llamar vecinos o familiares, incapaces de levantar a los ancianos del suelo, quienes piden la ayuda policial. La centralita del 092 recibe más de una llamada al día de media.

En otros casos, los hijos o el personal contratado los cuida y les ayuda a levantarse de la cama o ir al baño pero, ante un percance, la situación les sobrepasa y deben pedir ayuda. Una pequeña caída en su domicilio supone un gran trastorno para estas personas mayores, lo que les obliga a pedir socorro a voces con la esperanza de que algún vecino les oiga y avise a la policía o al 112. Este año se dieron casos de pensionistas de más de 80 años que pasaron varias horas tirados en el suelo hasta que alguien los oyó y acudieron a su rescate. Y suele ocurrir que estos cierran la puerta por dentro, por lo que los bomberos tienen que entrar por la ventana.

La Policía Local y los Bomberos de Vigo constatan que estas incidencias están aumentando porque tienen que intervenir en más de un rescate de ancianos al día de media. En algunos casos, han hallado a personas mayores morando en infraviviendas y han alertado a los Servicios Sociales del Concello de Vigo.

A finales de noviembre, los bomberos y el 092 rescataron a una vecina de 99 años que vivía sola y que se cayó en el suelo de su cocina en su piso en la Vía Norte. La lesionada, casi centenaria, tenía una brecha en la cabeza y fue evacuada en ambulancia al Hospital Álvaro Cunqueiro. Al parecer, la mujer llevaba un rato pidieron auxilio hasta que un vecino la oyó y alertó a la Policía Local. Como la moradora había cerrado la puerta y dejado la llave metida en la cerradura, pidieron ayuda a los bomberos, que entraron por la ventana y localizaron a la mujer tendida en el suelo de su cocina. La Policía Local resaltó el hecho de que dicha mujer casi centenaria viviese independiente y sola en un piso a pesar de su avanzada edad.

«Los operativos con personas de avanzada edad que viven solas se multiplican cada año en la ciudad olívica», afirman fuentes de la jefatura.

Además de las caídas, las patrullas prestan ayuda porque el anciano camina desorientado por la vía publica o que ponen en riesgo su vida o integridad física, sin olvidar los casos de demencia o enfermedades neurodegenerativas.

«Son circunstancias que no suelen trascender a la población, pero requieren una gran dosis de humanidad, ya que no solo se trata de ayudar a la persona mayor, si no de consolarla e infundirle ánimo, haciéndole sentir que no está sola, que la Policía Local de Vigo está para protegerlas y ayudarlas cuando lo necesiten», indica un portavoz de la jefatura.

«Además de ayudar a incorporarse al accidentado, los agentes proporcionan tranquilidad al resto de personas del hogar. En caso de ser necesaria asistencia médica, solicitan los servicios sanitarios, comunicando la urgencia de la situación», añaden.

Cuando un anciano es trasladado a un hospital, los médicos lo estabilizan y sale curado pero lo devuelven de nuevo a la soledad de su domicilio, ya que no tiene otra alternativa, salvo recibir la visita de una cuidadora municipal o de la Xunta varias horas por semana. Y la lista de espera para ingresar en una residencia pública es de varios años. Solo entre enero y junio, los tres jueces de familia declararon 222 ingresos voluntarios en residencias asistenciales en Vigo.