La mujer del batería de Los Piratas acusa a los agentes de «mala práctica»

La Voz LA VOZ | AGENCIAS

PONTEAREAS

Ha publicado un comunicado en su perfil de Facebook, ha rechazado que su pareja, fallecida ayer en Ponteareas, fuese un maltratador

27 ago 2015 . Actualizado a las 12:19 h.

La mujer del batería del Los Piratas, fallecido ayer miércoles por el disparo de un guardia civil que acudió a su domicilio por una llamada por presunta violencia machista en Ponteareas (Pontevedra), ha rechazado este jueves que su pareja fuese un maltratador y afirma que sufría un trastorno bipolar y que hubo «mala práctica» de los agentes.

En un comunicado en las redes sociales, se identifica como la mujer de Javier, Hal9000, como era conocido en Los Piratas, la banda viguesa que se disolvió a mediados de la década pasada, y afirma que no va a permitir «que se manipule la información sobre lo ocurrido».

«Hal era la persona más cariñosa del mundo. Nos amaba con todo el corazón, al bebé y a mí. Jamás fue un maltratador, éramos completamente felices, afirma Andrea M.

Según su esposa, Hal es «una víctima», primero de un trastorno bipolar del que estaba «perfectamente controlado» hace diez años hasta que su psiquiatra «tuvo la brillante idea de retirarle todo el tratamiento», a pesar de que la familia le pidió que no lo hiciese.

Afirma que el nacimiento del bebé le había afectado y que ella acompañó a su marido al psiquiatra «a comentarle que estaba nervioso».

Sobre los hechos, la mujer afirma que su marido «no agredió a ningún agente». «Hubo tensión, pero no agresión», sostiene Andrea M., que asegura que su esposo «fue también víctima de una mala práctica que desencadenó este terrible final».

«Hal, cariño, no permitiré que manchen tu nombre. Yo sé lo que nos querías. Te quiero y siempre te querré», concluye su nota.

Según fuentes de la investigación, el músico, de unos cuarenta años de edad, se encontraba atrincherado en su vivienda, situada en Costa Sequeiros, un camino de la parroquia de Guláns, a unos cuatro kilómetros del centro urbano de Ponteareas cuando irrumpieron en ella dos agentes y se lo encontraron en ropa interior y alterado gritando que iba a «cortarlos a todos en trocitos».

La mujer y el músico tuvieron una discusión durante la noche del martes al miércoles que subió de tono. Los vecinos escucharon gritos y cómo la joven llamaba a una de las vecinas. Salieron a la ventana pero no vieron ningún movimiento extraño. Poco antes de las doce de la mañana, Andrea, de unos 30 años de edad, logró salir de la vivienda donde la había encerrado el marido. Corrió a la casa de una vecina a pedir auxilio y a llamar a la Guardia Civil, que recibió la notificación sobre las 11.55 horas de la mañana. Una pareja de agentes se aproximó hasta el lugar, un chalé situado en una loma desde la que se domina el valle del Tea.

Cuando llegaron, la mujer les acompañó hasta la vivienda. Javier Fernández tenía agarrado al niño y, al aparecer, amenazaba con hacerle daño. Los guardia civiles intentaron convencer al hombre para que se entregase y depusiese su actitud tras el episodio de violencia protagonizado durante la noche reteniendo a su familia en la casa.

Pero los intentos de las fuerzas de seguridad por apaciguar a Javier Fernández resultaron infructuosos. El hombre salió finalmente de la vivienda con un tono muy violento y armado con un cuchillo de cocina en una mano y un tenedor en otra. Según fuentes de la Guardia Civil, «cogió un objeto punzante y agredió en la cara a uno de los guardias». Forcejearon con él y en el suelo intentó atacar por segunda vez. «¡Soltarme h...», gritaba el hombre a los miembros del instituto armado, que trataban de reducirlo mientras intentaba pincharles otra vez. «Al ver que peligraba su integridad el compañero del agente atacado con el objeto punzante efectuó un disparo con el arma reglamentaria», señalaron fuentes del caso.

Explican que la intención era disparar a la pierna, pero el tiro se desvió y le penetró en el abdomen. Al parecer, el cuerpo del fallecido presenta orificio de entrada y de salida. «Javier gritaba de dolor», señalaron los testigos. El guardia lloraba desconsolado por lo que había pasado.

Información reservada

La Guardia Civil ha abierto una información reservada sobre el agente que ayer disparó. Fuentes del instituto armado han señalado que esta información reservada se abre siempre que ocurre un caso de estas características, sean cual sean las circunstancias e independientemente de las actuaciones judiciales que se lleven a cabo.