La autopsia confirma la muerte violenta por asfixia de la mujer hallada en O Porriño

A.Martínez / M.Torres VIGO

O PORRIÑO

M.Moralejo

La Guardia Civil abre la vía criminal para esclarecer el asesinato de Judit M.G, de 37 años y vecina de Vigo

24 abr 2024 . Actualizado a las 12:58 h.

Judit M.G., la mujer cuyo cuerpo sin vida apareció la tarde del jueves en O Porriño, fue asfixiada y falleció entre 24 y 48 horas antes de que se localizara el cadáver. Fuentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Pontevedra indicaron que la autopsia confirma la muerte violenta que ya se apuntaba desde el inicio de la investigación así como la apertura de la vía criminal para esclarecer las circunstancias de este luctuoso hecho y dar con el autor o autores.

El cuerpo de la víctima, de 37 años, no presentaba heridas ni marcas externas que revelaran la posible causa de la muerte, pero durante la inspección ocular que se practicó en la misma tarde noche del jueves se localizó metido dentro de la boca un pañuelo. Todo apunta a que fue esa tela introducida en la garganta la Judit M.G. —que se retiró en el transcurso de la autopsia practicada ayer en el hospital Nicolás Peña de Vigo— la que provocó la muerte por asfixia de la mujer.

En el lugar en el que presuntamente se depositó el cuerpo tras el fallecimiento tampoco se encontraron pertenencias que ayudaran a identificar a la víctima, pero los tatuajes dibujados en su cuerpo posibilitaban ya a primera hora de la mañana de ayer ponerle nombre y apellidos a la víctima. Un dibujo llevaba con el nombre de su hija.

La autopsia ratificaba horas más tarde esa identificación mediante las huellas dactilares. Judit M.G, de 37 años, vivía en el Camiño Redomeira, junto a la calle Aragón, en una zona de O Calvario en la que hay varias casas de okupas. Los residentes en la zona llevaban varios días sin verla y, tras saltar la noticia del macabro hallazgo en O Porriño, avisaron de inmediato que podría tratarse de esta mujer y ya daban la clave de los tatuajes.

Fuentes que conocen el caso explican que la mujer ejercía la prostitución y que se sospecha que, después de irse con un cliente el sábado por la noche, ya no volvió a ser vista por la zona. Al parecer, realizó después una llamada telefónica a un conocido. Se le perdió la pista en la madrugada del pasado domingo, aunque no se puso ninguna denuncia por lo que a la Guardia Civil no le constaba como desaparecida ninguna persona cuyo perfil coincidiera con el de la mujer asesinada.

Las mismas fuentes indican que la mujer también había sido víctima de malos tratos y, al parecer, hay una orden de protección aún en vigor. Nadie ha vinculado directamente estos hechos con el crimen porque están abiertas todas las hipótesis, pero es un dato que la investigación tiene en cuenta.

El trabajo del Equipo de Criminalística de la Guardia Civil continuó ayer dentro y fuera de la Comandancia. Numerosos efectivos trabajaron desde las nueve de la mañana en el lugar en el que se localizó el cadáver. La falta de luz —ya que vino la noche poco después de encontrarse el cuerpo— limitó el jueves la inspección ocular y la recogida de posibles vestigios. Vaciaron uno de los contenedores que estaban delante del cadáver y volvieron a peinar el lugar durante horas en busca de nuevas pistas sobre las que sustentar la investigación de un crimen que ha conmocionado al área de Vigo en plena conmemoración del Día para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Las cámaras de seguridad de las empresas del parque y una torre de telefonía pueden aportar claves

El escenario del crimen puede aportar mucha información a la investigación para esclarecer el suceso. Los investigadores analizan las grabaciones de las cámaras de las empresas del polígono industrial. Además hay una torre de telefonía a un metro de donde se halló el cuerpo sin vida que podría ayudar a delatar a la persona que trasladó el cadáver hasta el parque empresarial de As Gándaras si utilizó el móvil durante el trayecto. Son muchas las incógnitas ya que, datándose el momento del fallecimiento en las 48 horas anteriores a la localización del cadáver, según la autopsia, Judith no habría fallecido hasta el martes y a ella se le perdió la pista el sábado, según el testimonio de sus amigos, tras quedar con una tercera persona.

El lugar en el que se localizó el cuerpo de la víctima, frente a la estación de la inspección técnica de vehículos de O Porriño, es un punto de alta densidad de tráfico y personas. No solo da servicio al parque industrial sino que es el enlace del polígono hacia la autovía en dirección hacia Vigo o, en dirección contraria, hacia Portugal. Ningún vehículo estacionado en la zona habría llamado la atención ya que es habitual hasta parar en el arcén. De hecho, fue un transportista que se bajó de su camión para hablar por teléfono el que se topó con el cadáver. El cuerpo de la víctima , vestida de negro, estaba boca arriba, en una zona de maleza oculto tras un contenedor y unas piedras del cierre de una finca. Quien lo hubiera dejado allí no se esforzó ni en ocultarlo ni perdió tiempo en apartarlo mucho de la carretera, posiblemente, para no levantar sospechas al estar parado en el lugar. Por ello la revisión de las cámaras de seguridad puede ser claves en la investigación, que está a cargo del Equipo de Policía Judicial de la Comandancia de Pontevedra. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 3 de O Porriño, que es el que estaba de guardia cuando se encontró el cuerpo de Judit M.G., por quien ayer se guardó un minuto de silencio.