Las austríacas de Alberto García acabaron novenas

J.DAVILA VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

El preparador vigués cogió las riendas del equipo femenino de 470 en marzo

25 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el pasado mes de marzo, Alberto García preparaba a las austríacas Lara Vadlau y Jolanta Ogar para su participación en los Juegos de Río en la modalidad de 470 de vela. En abril, las regatistas ganaban el Campeonato Europeo en esta disciplina, por lo que llegaban a Río ilusionadas y con la experiencia de Alberto García, que afrontaría sus cuartas olimpiadas. «Estuve en Sidney como sparring del equipo español, en Atenas 2004 como entrenador del equipo sueco de 470 femenino y en Pekín 2008 con las chicas alemanas de 470», señala el preparador olímpico.

Lo peculiar del conjunto austríaco era preparar un deporte de mar en un país sin costa, aunque Alberto asegura que eso no supuso ningún problema: «Prácticamente no navegan en casa, todos los programas de entrenamiento son en el extranjero, se suele escoger una base donde entrenar y a partir de ahí. Lo mío fue la última aproximación a Río, entonces la mayoría de entrenamientos se hicieron en Brasil, con algún campeonato en Europa».

El cartel de Vadlau y Ogar, que en el 2015 se habían proclamado campeonas mundiales en 470, las reconocían como candidatas a medalla, aunque finalmente terminaron en novena posición, lejos de las preseas: «A falta de tres pruebas estaban terceras, pero hubo un día que las cosas no salieron bien y perdimos las opciones. Hay que reconocer que rindieron por debajo de su potencial. Es una tripulación campeona del mundo, campeona de Europa... Claramente eran una de las favoritas a medallas. Al no estar peleando con los primeros, te quedas con mal sabor de boca», confiesa el vigués..

A pesar del resultado, Alberto García se ha mostrado orgulloso por poder asistir a sus cuartos Juegos que continúan engrosando su currículo: «Te los tomas como unos más. Desde luego siempre es un placer formar parte de los Juegos, aunque fuese un poco de sorpresa porque fue a cuatro meses vista, pero muy contento».