Peinador, el gran lujo

Enrique V. Pita

VIGO

05 mar 2014 . Actualizado a las 13:53 h.

Los precios son los que fijan la demanda en una economía de mercado. Entonces, ¿cómo se explica que una ciudad con 300.000 habitantes no atraiga más compañías aéreas? Muchos dicen que Peinador no puede competir con las tarifas bajas de Oporto o Santiago de Compostela y que debería meterse en una guerra de subvenciones a las operadoras. Pero la razón bien podría ser otra: Vigo es un aeropuerto de superlujo que solo capta a los viajeros dispuestos a pagar un riñón por volar desde la puerta de su casa. Si un billete desde Peinador a Madrid sale por 150 euros (más 20 de taxi) es porque hay gente que, por la comodidad de salir desde su ciudad, está dispuesta a soltar mucho dinero.

Peinador es como un vagón de primera clase cerrado a los pasajeros low cost. Los más pobres tienen que superar una carrera de obstáculos para subir a Peinador que no les compensa. Si llegan en tren a Vigo y quieren ir a la terminal tienen que hacer transbordos en el bus de Vitrasa cargados con las maletas. En la estación de autocares, lo mismo. Esto ahuyenta a los clientes más humildes, que buscan otras alternativas como viajar en bus nocturno por 50 euros a Madrid o por 120 a París o volar desde Lavacolla y Oporto, que tienen excelentes conexiones de bus y sus billetes están tirados de precio. Si estos dos aeropuertos roban viajeros a Peinador es porque repescan al excedente de pasajeros vigueses más pobres.

Por eso los intentos para subvencionar a las compañías desde Vigo han sido un fracaso. Porque el Concello no ve rentable regalar millones a las operadoras porque los pasajeros más pobres votan con los pies y embarcan a buen precio desde Oporto y Santiago. Y las empresas aéreas tampoco ponen interés en aumentar las rutas a Peinador porque, con una oferta reducida, ya captan al máximo número posible de pasajeros dispuestos a pagar una fortuna por viajar a Madrid.

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Los viajeros «low cost» de Vigo votan con los pies