El chabolismo llega a Cabral

Alejandro Martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

Vecinos de la parroquia afirman que muchas propiedades se han devaluado y critican el abandono por parte de las autoridades municipales

08 abr 2013 . Actualizado a las 13:03 h.

Decenas de familias viven en chabolas en Cabral. El incremento del número de infraviviendas experimentado en esta parroquia durante los últimos años ha llegado al punto de causar preocupación entre el vecindario, que reclama al gobierno municipal que articule medidas para controlar la situación. Personas nativas de Portugal que se dedican sobre todo al negocio de la chatarra, el reciclaje, las ferias y la instalación de atracciones de fiestas se fueron instalando durante las últimas dos décadas en terrenos forestales que compraron a precios muy bajos porque allí no se podía construir.

El monte de Penís ha terminado convirtiéndose en un poblado en el que no rige ningún tipo de normativa urbanística y que ofrecen una imagen tercermundista a un paso del centro de la ciudad. Los márgenes de la carretera vieja de Madrid se han acabado convirtiendo también en un aparcamiento de caravanas y remolques de feriantes, que en algunos casos llevan meses abandonados.

Los residentes creen que esta situación degrada la imagen de la parroquia y es la causa de que muchos vecinos hayan optado por vender sus propiedades a precios regalados para marcharse a vivir a otra parte.

Afirman que las viviendas del entorno se han devaluado alrededor de un cincuenta por ciento por culpa de la imagen que proyecta el mal estado de muchas edificaciones construidas con unas condiciones de habitabilidad muy precarias.

Manuel Gil, residente de la zona, afirma que un grupo de vecinos planean crear una plataforma ciudadana para demandar al Ayuntamiento que busque soluciones a la falta de mantenimiento de la parroquia. Porque consideran que salvo las humanizaciones que se han realizado en la avenida de Ramón Nieto o en la calle Manuel Álvarez, el resto de la localidad se encuentra en un «completo estado de abandono».

Prueba de ello es el estado en el que se encuentran las aceras de la carretera vieja, que se encuentran invadidas por las silvas, que a simple vista se percibe que llevan varios meses sin cortar.

El antiguo circuito para prácticas de conducción que hay junto a la A-55, donde no se pudo llevar a cabo la creación de un circuito de karting por incumplir la normativa, se ha convertido en un auténtico vertedero de neumáticos, que, en opinión de los vecinos también proyecta una imagen muy negativa de la parroquia.

Los vecinos también reclaman aceras en la subida de la calle Penís como, por ejemplo, la instalación de bandas sonoras para evitar que los vehículos atraviesen esta vía a toda velocidad. Y consideran necesaria la creación de aceras en este punto, puesto que la transitan a diario decenas de peatones. Fernando Silva, residente de la calle, tuvo que pedir ayuda a los vecinos para construir un paso para salir a la calle sin peligro, porque hasta hace poco más de un mes tenía una zanja que tenía que saltar y ya sufrieron varias caídas.

El transporte público también es otra demanda latente en Cabral, donde lo tienen difícil para llegar en autobús hasta el Meixoeiro, su hospital de referencia. Manuel Gil afirma que con hacer que el 25 llegue hasta el centro hospitalario muchos vecinos se ahorrarían tener que hacer transbordos. Los vecinos también reclaman un autobús nocturno durante las noches de los fines de semana. Se trata de cuestiones que han planteado en numerosos escritos presentados en el registro municipal y que hasta la fecha no han tenido una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades municipales.