El tren de mierda

FIRMAS

03 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Rui Río no tiene un nombre fácil de pronunciar, pero dice las cosas muy claras. El alcalde de Oporto manifestó esta semana que el tren que une su ciudad con Galicia «es una mierda». Y aún más: en su opinión, «casi se tarda menos andando».

Así que, desde este momento, me declaro fan irreductible del presidente de la Cámara da Cidade Invicta. Soy Ruirriísta hasta la médula. Porque este señor tiene toda la razón: el tren entre Vigo y Oporto es una auténtica mierda. Tal vez no lo diría así el rey trovador Don Denís de Portugal, pero no hay nada más cierto.

Río ha declarado que, sin tren y con peajes, será imposible avanzar en la eurorregión Galicia-Norte de Portugal. Y pone un ejemplo: últimamente, cuando visita el IKEA de Matosinhos, apenas escucha hablar español.

De la situación, saben bien los hosteleros minhotos, que nunca tuvieron tantas mesas vacías. Ir a comer a Portugal, que antes era una opción apetecible para todo vigués, se ha convertido en algo peligroso. Nadie entiende la forma de pago de esos peajes porticados automáticos. Y son muchos los gallegos que descartan cruzar el Miño, no solo por ahorrarse un dinero, sino porque no saben qué hay que hacer para poder pagar. Como diría Rui Río, esos peajes son una auténtica mierda. Y será mejor que no califiquemos a quienes los diseñaron.

Con el tren pasa otro tanto. Es intolerable que, después de veinte años hablando de dignificar la conexión ferroviaria con Oporto, sigamos teniendo una línea que tarda más de tres horas en cubrir 150 kilómetros. La locomotora Rocket de George Stephenson ya iba a más velocidad que este comboio de mierda.

Vigo y Oporto mantienen lazos culturales y económicos que no pueden resistir tanta chapuza. Los empresarios vigueses invierten con total normalidad en el Norte de Portugal, al igual que los industriales del Grande Porto hacen negocios aquí. Hay, además, un importante flujo comercial y turístico. Y algunos somos incluso hinchas declarados de Os Dragões. ¿Qué clase de políticos hemos tenido para que esta relación se vea lastrada por unas infraestructuras tercermundistas?

En lugar de facilitar las comunicaciones, la Unión Europea ha tirado millones de euros en infinidad de obras absurdas. Con fondos para la eurorregión, se ha pagado el observatorio de aves de las Gándaras de Budiño, hoy abandonado, la ruta de senderismo de Peña Trevinca o la estación de autobuses de Celanova, donde solo pararon los autocares el día de su inauguración.

Con dinero de fondos europeos transfronterizos se pagó este verano incluso una corrida de toros en el municipio ourensano de Muíños. Mientras tanto, nunca ha habido dinero para mejorar el tren ni las comunicaciones por carretera. Que era algo mucho más urgente. Así que se queda corto Rui Río al describir las dimensiones de la mierda.

eduardorolland@hotmail.com