Los tropiezos reales más recordados y las polémicas que han rodeado al monarca estos últimos años
02 jun 2014 . Actualizado a las 18:23 h.El rey Juan Carlos ha sido, entre otras cosas, un monarca campechano, célebre por su espontaneidad y sus comentarios jocosos. Experto en romper con sus bromas las normas de protocolo, ha dejado para la posteridad entrañables momentos, pero también memorables resbalones, que se fueron haciendo más frecuentes con el paso de los años y que han precipitado el camino hacia la abdicación.
Quizá la salida de tono más recordada de Juan Carlos I sea la contestación que el monarca le espetó a Hugo Chávez durante la XVII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile en el 2007. Su «¿Por qué no te callas?» se convirtió en viral en un abrir y cerrar de ojos y dejó tocadas las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela.
Otra imagen del Rey que quedó para la posteridad fue la disculpa ante los medios de comunicación tras abandonar la clínica en la que fue operado de la cadera después de lesionarse cazando elefantes en Botsuana. «Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir», reconocía el monarca.
Durante la audiencia subsiguiente a la entrega de cartas credenciales por parte del Embajador de Colombia en España, en el año 2011 en el Palacio Real de Madrid, a Juan Carlos le sonó repentinamente el teléfono móvil. El tono eran unas estridentes risotadas de bebé.
Luego llegaron los tropezones. Literalmente. En agosto del 2012, el rey protagonizó una de sus caídas más estrepitosas mientras visitaba el Estado Mayor de la Defensa. Su imagen de bruces contra el suelo degeneró en montajes varios de todo tipo que llenaron los muros de las redes sociales varios días.
Pero su carácter no siempre es afable. Las cámaras han captado sin querer en varias ocasiones gestos de rechazo hacia la reina, enfados entre el matrimonio y malas maneras del monarca con su esposa. Un buen ejemplo fue su enfado en el recibimiento al Papa Benedicto XVI en el 2011. El monarca increpó a Sofía repetidamente hasta que esta se colocó correctamente al lado del pontífice.