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Google Glass: Las gafas de Google, ¿un invento genial o un arma para mirones?

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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<span lang= es-es >Gafas con todo tipo de aplicaciones</span>. Pantalla, cámara de fotos y vídeo. Son alguna de las ventajas de las gafas de Google, pero sus aplicaciones son infinitas. Por ejemplo, como se ve en las imágenes, pueden servir para descubrir cuál es el mejor trayecto en una ruta de senderismo o para traducir otros idiomas.
Gafas con todo tipo de aplicaciones. Pantalla, cámara de fotos y vídeo. Son alguna de las ventajas de las gafas de Google, pero sus aplicaciones son infinitas. Por ejemplo, como se ve en las imágenes, pueden servir para descubrir cuál es el mejor trayecto en una ruta de senderismo o para traducir otros idiomas. dernbach< / span>

Algunos locales públicos estadounidenses ya han prohibido el uso de las Google Glass en su interior

08 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«El sueño de un voyeur hecho realidad». Esta era la preocupación de uno de los inversores que están detrás del desarrollo de las gafas de Google, denominadas Google Glass. Pero el jefe de esta compañía se encargó el pasado jueves de intentar tranquilizarle, a él y a todos los que ven en la invasión de la privacidad de los demás el principal argumento contra este nuevo aparato que podría convertirse en la gran revolución tecnológica de nuestros días.

«Nadie se morirá de miedo porque llegue alguien con gafas Google a un baño público, igual que no se muere de miedo ahora cuando entra alguien con un teléfono inteligente», le contestó Larry Page, consejero delegado de la compañía. Aquel inversor no era la primera persona que mostraba su inquietud ante el nuevo aparato que Google está ultimando y que saldrá a la venta en la primavera de 2014. Algunos locales públicos estadounidenses ya han prohibido el uso de las Google Glass en su interior. Un legislador del estado de Virginia ha encabezado una propuesta para que el uso de las gafas se prohíba en ese estado. Y los congresistas federales pidieron información a Google sobre la salvaguarda de la privacidad con el uso de las gafas. Pero todo esto no indica más que ese nuevo cacharro ya está aquí y, casi con seguridad, llega para quedarse y transformar nuestras vidas.

Probadores

Aunque no se podrán comprar hasta dentro de un año, en Nueva York ya se ve a bastantes usuarios con las Google Glass, sobre todo en las líneas de Metro que unen los barrios más vanguardistas de Brooklyn con Manhattan. Esos pioneros son desarrolladores, expertos en tecnología que están creando aplicaciones para estas nuevas gafas o voluntarios que las prueban. Todos ellos han pagado algo más de 1.200 euros por las lentes. Y aunque su precio para los consumidores normales será más bajo, no saldrán muy baratas. Según afirmaba recientemente Eric Schmidt, uno de los jefes de Google: «Su precio no será el de un producto de lujo aunque sí será algo elevado».

Pero ¿qué son las gafas de Google? Pues lo más parecido a llevar un teléfono inteligente incorporado en nuestro organismo. Se trata de una tira metálica con un dispositivo electrónico en uno de los lados que se coloca en la frente, sobre los ojos, pero sin perturbar la visión normal y funciona con la voz. Google Glass tiene lo que tiene un smarthphone: pantalla -y los que las han usado dicen que se ve como una televisión de gran tamaño al otro lado de la habitación- cámara de fotos y vídeo. Son hasta ahora las aplicaciones más alabadas del aparato, aunque poco a poco se irán incorporando otras que ya se utilizan habitualmente en los teléfonos móviles.