«Pesadilla en la cocina» ya es el mejor estreno de La Sexta

luís pousa ivannia salazar REDACCIÓN / LA VOZREDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Chicote se llevó un 13,7 % de la audiencia en su debut con la versión castiza del famoso espacio del chef Ramsey

14 dic 2012 . Actualizado a las 15:19 h.

No llegó a las cifras estratosféricas de La Voz (Telecinco), pero el debut de Alberto Chicote con su versión castiza de Pesadilla en la cocina (Kitchen Nightmares) convirtió a este espacio emplazado entre la telerrealidad y la gastronomía en el estreno más visto de la historia de La Sexta. El cocinero, que importa el modelo que ha triunfado en todo el planeta de la mano del chef británico Gordon Ramsey, acaparó una cuota de pantalla del 13,7 % y una media de 2,8 millones de espectadores.

El principal atractivo del espacio residía en buscar las siete diferencias entre las broncas de Chicote y las de Ramsey. Y, de hecho, La Sexta aprovechó el tirón del estreno para emitir a continuación uno de los episodios en los que el británico, de periplo por Estados Unidos, lucha por resucitar un local descarriado.

Chicote debutó entre los fogones de La Tana, en Pinto, que es ese lugar que está en uno de los extremos de la célebre ruta entre Pinto y Valdemoro. El restaurante regentado (es un decir) por Alfredo no lucía a su llegada como un modelo de eficacia y limpieza, así que el tenaz Alberto Chicote tuvo que remangarse y emplear algo más que los codos para imponer unas normas básicas de higiene y organización. Lo tuvo crudo con Alfredo, reacio a abandonar su refugio existencial entre el grifo de cerveza y el cigarrito en la puerta. Pero Chicote, fajador, apeló a su condición de exjugador de rugbi, le arrancó una lagrimita y listo. Traducida al habla de Pinto, la pesadilla superó con creces el lenguaje duro que gasta Ramsey y había que mirar de reojo el Diccionario secreto de Cela para seguir sus discusiones con Alfredo, que aderezó el programa con un toque de testosterona ibérica inédito entre las perolas de Ramsey.