Operan un tumor de pulmón con una sola incisión y anestesia local

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Es una intervención pionera por la combinación de ambas técnicas

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Podría decirse que fue una operación relámpago. El paciente entró en quirófano sobre las ocho de la tarde de un viernes para una cirugía mayor, la extirpación del lóbulo medio del pulmón afectado por un tumor, y a las 36 horas ya se encontraba en el domicilio tras una recuperación espectacular. Su favorable evolución no fue, sin embargo, lo más llamativo de una intervención que se ha convertido en pionera en el mundo, sino el hecho de que confluyeran por primera vez dos técnicas innovadoras en la práctica de una lobectomía: la apertura de una mínima incisión en el tórax de poco más de 2,5 centímetros -el procedimiento denominado single port- para extraer el lóbulo y la administración de una anestesia local que se limitó única y exclusivamente a la zona de la herida y a los nervios intercostales. O, lo que es lo mismo, el paciente respiraba por sí mismo durante todo el proceso. A los pocos minutos de salir del quirófano ya hablaba con sus familiares en la sala de reanimación y respiraba con normalidad. Ni necesitó oxígeno ni tenía dolor.

El paciente ideal

«Es la cirugía de un tumor pulmonar menos invasiva que se ha realizado en la historia de la cirugía torácica, desde el punto de vista quirúrgico y anestésico», explica el cirujano Diego González Rivas, que practicó la innovadora operación junto al doctor Fernández Prado en el Hospital Modelo de A Coruña. González Rivas, miembro de la Unidad de Cirugía Torácica Mínimamente Invasiva, fue el primero en el mundo en implantar en el 2009 la técnica de puerto único, que ya se ha exportado a más de 30 países, aunque todavía es cuestionada por algunos cirujanos porque creen que no reúne suficientes garantías. Pero tenía el convencimiento de que se podría combinar con una anestesia parcial, un procedimiento que aprendió en Asia después de visitar al taiwanés Cheng y el chino Jian Xing He, los que la instauraron a nivel mundial, aunque nunca se había practicado en Europa. Pero le faltaba el «paciente ideal». Alguien con un tumor pequeño, con una complejidad menor, porque «este tipo de manejo anestésico aún no es, de momento, para todos los pacientes», precisa. Y lo encontró en Federico Durán, que una semana después de la operación hace una vida casi normal.

«No fue necesario intubar al paciente, sino que estuvo en todo momento en respiración espontánea, con su propia respiración, por lo que no hay que colapsar un pulmón. No se ha tenido que pinchar ni la médula ni el tórax, con lo que también se minimiza el riesgo», resalta el anestesista que participó en la operación, José Luis Rodríguez. «Lo verdaderamente espectacular -añade- es que al ser una anestesia tan poco invasiva el postoperatorio fue muy rápido y la recuperación del paciente inmediata. Es una maravilla».