El cachopo gallego es la estrella de la carta en este restaurante de Teo

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

TEO

Pati y Santi muestran en O Rincón la especialidad de la casa, el cachopo gallego. Es el único plato inamovible de una carta que van renovando cada cierto tiempo y que incluye desde bacalao o pulpo a tortilla y croquetas. Aquí hacen, además, paellas (también por encargo).
Pati y Santi muestran en O Rincón la especialidad de la casa, el cachopo gallego. Es el único plato inamovible de una carta que van renovando cada cierto tiempo y que incluye desde bacalao o pulpo a tortilla y croquetas. Aquí hacen, además, paellas (también por encargo). PACO RODRÍGUEZ

O Rincón abre de viernes a domingo y hace solo por encargo la especialidad de la casa, rellena de lacón, grelos y quesos del país

21 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el lugar a A Agrela, con algo menos de 50 habitantes, se ha convertido en todo un reclamo el cachopo gallego. Lo hacen en O Rincón y es la especialidad de la casa. Por fuera parece un cachopo más. El secreto se esconde en su interior, relleno de lacón, grelos y una mezcla de quesos del país. La idea surgió del matrimonio que está al frente de este establecimiento de Teo, en la parroquia de Lampai, Patricia Felpete (llamada familiarmente Pati y descendiente de una conocida familia de gaiteiros) y Santi Seoane (un santiagués que, tras 34 años en el concello vecino, ya se siente más teense que picheleiro).

«Empezamos no 2018 como restaurante. Este era o típico bar tradicional e collino eu porque os meus pais enfermaron. Levaba 2 anos cerrado e reabrímolo cun novo enfoque», dice Pati. Los inicios, reconoce, «foron complicados» porque «vivimos nunha aldea apartada e non é como estar ao pé dunha estrada. Logo xa veu a pandemia», recuerda ella. Poco antes del confinamiento comenzaron a hacer su cachopo gallego, que fue cogiendo fama gracias al boca a boca. «Era un plato que nos gustaba mucho cuando íbamos por Asturias y León. Por eso, al abrir el restaurante, pensamos en incorporarlo a la carta. Y, teniendo los productos que tenemos en nuestra tierra, queríamos hacer una versión nuestra, empezando por la carne, de ternera gallega suprema», relata Santi. «Alguna vez se añade al relleno chorizo y también hay una opción sin gluten», apunta.

Con esta receta logran atraer no solo al público teense, también de otras partes, constatan: «Veñen de Pontevedra, Barcelona, Málaga... sobre todo no verán, a probar o noso cachopo. Facémolo tódolos días, sempre con reserva previa, porque leva moito tempo montalos», explica la hostelera. Otra de las particularidades de O Rincón es que solo atiende al público tres días a la semana, de viernes a domingo. «Ao principio arrancamos con moito ímpetu, e só descansabamos o luns. Parecía que iamos comer o mundo, pero esquecemos que estamos en Lampai —cuenta con gracia Pati—. Aquí non funciona o menú obreiro e cando se traballa ben é na fin de semana, xa que vén case toda a xente de fóra e é cando teñen tempo libre para desprazarse». Esto permite al matrimonio adaptarse a la demanda, sin desatender las cargas familiares y una huerta propia de la que se alimenta el restaurante (si agotan el producto de la casa, recurren a proveedores). El ritmo de trabajo no fue algo que los echase para atrás, al estar ambos curtidos detrás de la barra: ella en el bar familiar y él tuvo la cadena Solpor y dirigió, entre otras, la cafetería de la escuela de hostelería. «Nestes anos fixémonos psicólogos. Fáltanos só o título», bromea Pati.