Un vecino de Ordes cae a un pozo tras salir despistado de un club de alterne

santiago / la voz

ORDES

Fue rescatado por dos agentes municipales. El protagonista se defendió así: «A vida son dous días e hai que vivila»

16 feb 2016 . Actualizado a las 22:21 h.

Un vecino de Ordes vivió una rocambolesca historia en la madrugada del domingo al lunes de la que salió indemne en parte por su buena estrella, pero también por la ayuda de dos agentes de la Policía Local que acudieron a rescatarlo del pozo al que cayó tras deambular perdido por la N-550.

Las agentes municipales que estaban de guardia -eran dos mujeres las que hacían el turno esa noche- recibieron una llamada de un vecino del lugar de Castrelos, en la parroquia de Leira, que decía que estaba oyendo fuertes golpes en las inmediaciones de su casa y que temía que alguien estuviese tratando de robar en sus propiedades, de ahí que decidiese pedir socorro.

Las agentes se trasladaron al lugar y, tras una inspección de la zona no tardaron en descubrir la causa de los persistentes golpes; se trataba de un hombre que había caído en un pozo y que era incapaz de salir del mismo por su propio pie. Tuvieron que ser las dos mujeres las que le echaran un cabo para que el individuo pudiese abandonar su encierro en una madrugada en la que las temperaturas rozaron los cinco grados centígrados.

Ni el frío hizo mella en su estado de ánimo, porque una vez rescatado, no tuvo reparo alguno en contarles a las agentes su extraordinaria aventura.

En dirección contraria

El protagonista es un vecino del casco urbano de Ordes de algo más de 60 años que reconoció que había pasado la noche en un club de alterne que hay en las inmediaciones, en la salida hacia A Coruña. Sobre las cuatro de la madrugada abandonó el local, pero al parecer no en muy buenas condiciones, por lo que tuvo problemas para encontrar el camino de vuelta a casa. De hecho, se fue en la dirección contraria, hacia A Coruña por la N-550, y en vista de que no llegaba al casco urbano de Ordes, tras recorrer unos dos kilómetros bajo la lluvia se cansó y, empapado y exhausto, buscó refugio en una casa cercana, con la intención de resguardase a la espera de que amainara el temporal.

Finalmente acordó descansar bajo la cubierta de un pequeño pozo que hay en la propiedad, sentándose en el bordillo del pilón, pero perdió el equilibrio y cayó dentro. Afortunadamente, no estaba lleno de agua y el ordense pudo salir ileso tras llamar con sus gritos la atención del dueño de la vivienda. Incluso lo hizo con humor, porque mientras esperaba el taxi que las agentes habían llamado para que lo llevase de vuelta a casa, resumió lo ocurrido diciendo: «A vida son dous días e hai que vivila».