Ismael Navaza, adiós a la alta competición tras doce años abriendo camino en la gimnasia rítmica
SANTIAGO
Este fin de semana participa en la Copa de España, en Santander
15 may 2024 . Actualizado a las 22:51 h.Ismael Navaza va a poner fin este fin de semana a una brillante carrera en gimnasia rítmica, recién estrenada la mayoría de edad. En cierto modo, será el adiós de un pionero, porque cuando empezó, a los seis años, escogió un deporte con una abrumadora mayoría femenina entre sus practicantes. Tan es así que su madre todavía recuerda cuando se presentó en el colegio decidido a iniciarse en esta disciplina, con solo seis años, y la profesora lo avisó: «Que sepas que son todo niñas».
Por ese frente nunca tuvo problema alguno, pero con los años se fue cruzando con otros chicos que no disfrutaron de la misma suerte. En el colegio, en su club de toda la vida, el Gimnasia Rítmica Compostela, entre los amigos y en los campeonato nunca se sintió discriminado.
Ismael Navaza recuerda sus primeros pasos en esta modalidad deportiva: «Cuando empecé en primaria, en el colegio tenía que escoger una actividad y el primer año opté por patinaje, pero vi que también había gimnasia. En segundo me apunté, me gustó y me quedé ahí».
Y así comenzó una etapa de doce años en la que ha conseguido un sinfín de medallas, además del reconocimiento como mejor deportista compostelano de base en el año 2020.
Durante varios años solo estaba permitida la competición de equipos mixtos en el ámbito autonómico. A partir del 2020 el radio se amplió a los Campeonato de España, y con el Rítmica Compostela logró una histórica medalla de bronce.
Universidad y deporte
Este fin de semana dice adiós a la competición. Cursa primer año de Odontología y la gimnasia le abrió las puertas de esa especialidad, ya que pudo conseguir una de las tres plazas reservadas a deportistas de alto nivel. Los estudios también le van bien, pero cada vez le resulta más complicado sacar tiempo para cuadrar las exigencias de los entrenamientos y de las aulas.
En Santander se disputa la Copa de España de conjuntos y allí estará completando la representación gallega masculina junto a Roi Bouzas, de Marín, y Hernán Sío, de O Porriño.
Acude en un buen momento de forma: «Creo que este año estoy en el mejor nivel como deportista». El objetivo es, como siempre, «hacerlo lo mejor posible», y en todo caso subraya que será una prueba con el listón muy alto.
Todavía no ha dicho adiós, pero ya empieza a notar la nostalgia: «Al fin y al cabo, llevo toda la vida en esto. Para mí era como una rutina, entrenar, las competiciones... Ahora que se acaba, da algo de pena. Pero me siento muy orgulloso por todos los logros».
De todo este tiempo, medallas aparte, se lleva «un gran aprendizaje en lo que es trabajo, esfuerzo, sacrificio. También el compañerismo que se vive».
Si echa la vista atrás, confiesa que le resulta imposible calcular el número de horas dedicadas a los entrenamientos. Pero puede valer como indicativo la programación de una semana tipo: «martes, jueves y viernes, tres horas, y los sábados cuatro». Pero todas las da por bien empleadas.
Además, subraya que esa disciplina que exige el deporte de alta competición le ayuda mucho también en los estudios, a la hora de organizarse. Y a quienes quieren adentrarse en la gimnasia rítmica, les da un consejo: «Que luchen por sus metas, que no les importen las opiniones que puedan llegar desde fuera y, sobre todo, que disfruten».
Todavía no tiene muy claro si se desvinculará totalmente de la gimnasia rítmica o si quizás en algún momento optará por ser entrenador. Cualquiera que sea el camino que acabe siguiendo, se muestra muy agradecido al Rítmica Compostela por estos doce años avanzando junto.