El Obradoiro se clasifica para la final de la Copa Galicia con mucho sufrimiento

JACOBO RODRÍGUEZ OURENSE / LA VOZ

SANTIAGO

MIGUEL VILLAR

El equipo que entrena Moncho Fernández reaccionó a tiempo en el último cuarto ante el Marín

19 sep 2015 . Actualizado a las 16:28 h.

El Obradoiro se clasificó para la final de la Copa Galicia con mucho sufrimiento y un mal partido ante un Marín que fue mejor y mereció el pase, pero acabó sucumbiendo al acierto en los triples del equipo de Moncho Fernández en los últimos minutos.

La abismal diferencia de categoría y presupuesto no se reflejó en el parqué, porque los pontevedreses mostraban un juego alegre, con las ideas claras en ataque y dos referencias en la anotación. Pantín se bastó, junto a las pinceladas de Rogers, para otorgar las primeras diferencias, hasta que salió a pista Pustovyi, quien volteó el partido por su aplastante control en la zona. Pozas y Yusta imponían la agresividad defensiva para que el quinteto ACB llegase con una exigua renta al final del cuarto: 19-17.

Pero el arranque del segundo marcó el choque. Dos pérdidas consecutivas de Cárdenas y sendos errores colectivos del Obra posibilitaron que el Marín se marchara hasta una máxima ventaja de diez puntos a de 3.39  del descanso, tras un triple de Adon Gregorio (29-39). La superioridad de Rogers en la dirección y la pasividad defensiva del rival, que seguía con el único faro de Pustovyi, hacían que Moncho Fernández parase el partido para poner orden y frenar la sangría. Después, en pleno carrusel de faltas que favoreció a los compostelanos por su acierto, el electrónico se apretó hasta el 41-44 del intermedio. 

Tras el descanso, el Obradoiro incrementó su intensidad defensiva, pero seguía sin claridad en su ataque provocando que no se anotara en los tres primeros minutos. Ahí apareció Bendzius, que con cinco puntos consecutivos y dos más de un desaparecido Haws, ofrecían una renta a los santiagueses de 48-44. Fue un espejismo porque los últimos cinco minutos del cuarto volvieron a tener color marinense. Al término del tercer episodio volvía a dominar Marín (48-51) y su afición soñaba con dar la gran sorpresa.

Y su resistencia llegó hasta los últimos seis minutos, aunque tuvo opciones reales incluso después. Y es que la racha de Pozas, secundada por McGrath forjó la renta del Obradoiro. Un triple de Caloiaro a falta de un minuto puso la puntilla a la victoria del favorito y acabó con el sueño de un Marín que mereció mejor suerte y cerró una Copa Galicia para el recuerdo. Aún así, fue el favorito el que avanzó a la final.