La catedral de Santiago reemplaza una gárgola ante el «riesgo de caída»

Efe

SANTIAGO CIUDAD

El trabajo se enmarca en las obras de conservación de la fachada occidental del claustro, un conjunto especialmente deteriorado

28 ene 2014 . Actualizado a las 18:30 h.

La catedral de Santiago lucirá una nueva gárgola monumental, de 150 centímetros de largo y 280 kilogramos de peso, que sustituirá a otra que se encuentra totalmente deteriorada y en este momento ya no cumplía su función. La colocación de la misma estaba previsto que comenzase a las 11.00 horas, en la fachada occidental del claustro, pero el tiempo, y el viento, ha obligado a retrasar «esta operación de urgencia», ha dicho a EFE un técnico, que ha indicado que el reemplazo se debe a que había «riesgo de caída». La pieza, informa la Fundación Catedral, fue realizada en los talleres de cantería Castelo, en Picaraña (Padrón).

El trabajo se enmarca en las obras de conservación que se están desarrollando en ese espacio del conjunto catedralicio, especialmente deteriorado.

Las obras realizadas hasta la fecha han permitido restaurar los pináculos de la cornisa -alguno de ellos presentaba una importante inestabilidad, con el consiguiente riesgo de caída-, gárgolas, la cornisa de piedra y la cubierta en esa zona. También se ha actuado parcialmente en la balconada monumental.

La Catedral de Santiago necesita una intervención de urgencia para solucionar las graves patologías que presenta su estructura, principalmente las cubiertas y las fachadas.

Las inclemencias climatológicas de los últimos meses, con abundante lluvia y en ocasiones fuertes vientos, han puesto de manifiesto la premura de estas intervenciones.

La prueba más palpable de ello es la que los visitantes del templo comprueban con sus propios ojos: cubos bajo las goteras en puntos emblemáticos de la basílica, o una lona de llamativo color azul que cubre la capilla del Pilar para que el agua no dañe las obras de arte en forma de belenes que estos días se exponen en ella. También los problemas de filtraciones, desconchados y humedades son patentes en el cimborrio, en varias capillas y en el transepto, precisamente de donde cuelga el botafumeiro, el gigantesco incensario y uno de los símbolos más populares del templo compostelano.