«Aquí os lumes son intencionados»

PONTEVEDRA

Los trabajos de limpieza y desbroce en el monte comunal de Saiar se realizan todo el año con trabajadores contratados.
Los trabajos de limpieza y desbroce en el monte comunal de Saiar se realizan todo el año con trabajadores contratados. ramón leiro< / span>

Los comuneros de Saiar, en Caldas de Reis, creen que la declaración de la parroquia como de alta actividad incendiaria (PAAI) fue beneficiosa

19 jul 2015 . Actualizado a las 05:05 h.

Saiar, en Caldas de Reis, es una de las 79 parroquias gallegas que la Xunta declaró en el 2014 como de alta actividad incendiaria (PAAI). Este verano será el segundo que sus montes tendrán esta condición, que conlleva una vigilancia especial para evitar fuegos forestales. En el caso de Saiar, esa etiqueta se debe a la virulencia de los incendios registrados entre el 2004 y el 2013. Fuegos, en su mayoría intencionados, que en ese período temporal calcinaron un total de 1.209 hectáreas, tantas como las que hay de monte comunal.

Los comuneros de Saiar se atreven a hacer una primera valoración. Su presidente, José Manuel Suárez, lo tiene claro. ¿Fue beneficiosa la declaración de la parroquia como PAAI? «Sen dúbida. O ano pasado non houbo lumes e iso debeuse a que o monte está moito máis controlado agora e a dificultade para os que lle prantan é maior», expone. En su opinión, que Saiar lleve ese calificativo de la Consellería do Medio Rural fue muy positivo, al menos, hasta el momento. «Pode parecer incongruente ser de alto risgo, pero si foi beneficioso. Aquí os lumes son todos intencionados. Temos o monte limpo, sen residuos, non atopas un colchón ou latas, e pola súa situación pode chegar a ser un polvorín», relata José Manuel Suárez.

Se refiere a la ladera del monte Xiabre que pertenece a Caldas, porque el Xiabre se adentra también en otros dos municipios vecinos, Vilagarcía y Catoira. La misma ladera que ardió dos veces en el verano del 2013, quemando en total algo más de 70 hectáreas. Cuando sopla el viento del norte resulta muy difícil para los medios de extinción parar el avance del fuego. Los comuneros de Saiar tienen unas 1.200 hectáreas de monte, de las que 700 están clasificadas. El resto corresponden a monte bajo y en su momento no se hizo la clasificación. Con la concentración parcelaria se retomó el proceso, que hoy en día está a la espera del dictamen del Xurado Provincial de Montes.

La primavera seca y lo que va de verano obligan a extremar las precauciones y a intensificar los trabajos de prevención. Y eso a pesar de la PAAI y la vigilancia extra que conlleva. «O tempo está tremendo», subraya José Manuel Suárez. Los comuneros de Saiar tienen dos personas fijas -un tractorista y un encargado- que están contratadas para cuidar su monte y realizar labores de desbroce y limpieza. Junto a José Antonio Fariña y Francisco Iglesias, hay otras tres personas con contratos temporales. Los que están ahora trabajando son Nadal Maquieira, Carlos Lemetre y Álvaro Freire.

El presidente de los comuneros hace hincapié en que con la crisis económica «hai moita demanda de traballo na parroquia». Lo que se ofrecen son contratos por un año. «Hai dez anos non había xente que quixera traballar no monte, hoxe non te digo os currículos que temos aquí», admite José Manuel Suárez. El equipo trabaja de lunes a viernes, y los fines de semana del verano el tractorista y el encargado tienen que estar localizables las 24 horas del día.

Cuando hay un incendio, la cisterna de la comunidad de montes surte de agua a las motobombas de la Xunta. «A nosa ten o dobre de capacidade que unha motobomba e temos sete pozos no monte», desvela. Los vecinos de Saiar están acostumbrados a convivir con el fuego y cuando aparecen las llamas saben lo que hay que hacer. «Chámanme a min e eu ao 112, a capacidade de resposta é inmediata», dice José Manuel Suárez.

Y con tanto fuego, ¿no hay vecinos bajo sospecha? Los comuneros reconocen que se investigó a varias personas de la parroquia, pero no se pudo probar su participación en los incendios. Los que están a pie de monte lo tienen claro: «É alguén que coñece a zona porque as pistas secundarias son inaccesibles».