La red de Lafuente usaba la estación de trenes para remitir alijos de coca a Ibiza

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Los tres condenados, en el juicio que se celebró en julio.
Los tres condenados, en el juicio que se celebró en julio. Ramón Leiro< / span>

La viuda, un sobrino y un conocido del narco, condenados por blanqueo

10 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La Audiencia de Pontevedra ha ratificado que el entramado del narcotraficante ya fallecido José Lafuente Martínez utilizaba la estación de trenes de Pontevedra como punto de partida de los alijos de cocaína a Ibiza. Se establece que, en febrero del 2007, Lafuente fue arrestado tras haber orquestado el envío de algo más de un kilo de esta sustancia a través de una ruta que comprendió un desplazamiento a Madrid para, acto seguido, hacer lo propio a Valencia y Denia (Alicante), donde un ferri trasladó al correo hasta la isla.

Apenas unos meses más tarde, el de Ribadumia, junto con su sobrino Eladio Lafuente Abraldes, intentaron acordar con un cartel colombiano la adquisición de cinco kilos de coca. El canje nunca se llegó a realizar y Lafuente, presumiblemente, perdió los 140.000 euros que entregó a cuenta de la droga.

Estos antecedentes acreditan que el fallecido Lafuente Martínez se ha venido enriqueciendo con el tráfico de drogas. Los magistrados pontevedreses entienden que se valió «de un entramado de personas interpuestas que han colaborado activamente con él, con la única finalidad de evitar que el producto de esa actividad ilícita llegara a figurar en algún momento a su nombre», al tiempo que se buscó «crear una apariencia de licitud de los ingresos de aquella ilícita procedencia».

Esta certeza ha derivado en que tanto la viuda de Lafuente, Dolores Torres Casal, su sobrino como un conocido de la familia, Benigno Santos Chantada, sean considerados testaferros del narcotraficante, a quien la muerte le sorprendió el pasado marzo antes de tener que sentarse en el banquillo para responder por una acusación de blanqueo. En cuanto a las penas impuestas, Eladio Lafuente ha sido condenado a cuatro años de prisión y multa de 140.000 euros por el alijo frustrado de cocaína, así como le han impuesto otros cuatro años y 380.000 euros por su participación en operaciones de blanqueo.

En cuanto a la viuda, esta ha visto cómo la Audiencia, cuyo fallo es recurrible ante el Supremo, le imponía cinco años y 560.000 euros de multa por el blanqueo, delito que ha derivado en una pena de cuatro años y 140.000 en el caso de Santos Chantada.

Depósitos en paraísos fiscales como las Islas Caimán, Bahamas o Macao -se intervinieron más de un millón de dólares-, cuentas corrientes tanto en España como en Portugal y Suiza que guardaban cientos de miles de euros y dólares, una mansión suntuaria en Sisán (Ribadumia), vehículos, joyas, efectos de lujo... Este fue el destino que se le dio, siempre según la Audiencia, al dinero procedente del narcotráfico. Los magistrados añaden que el fallecido llegó a mover un capital superior a los dos millones.

La muerte sorprendió al narcotraficante antes de sentarse en el banquillo