Pontevedra agranda su Museo

María Conde PONTEVEDRA / LA VOZ

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Veintitrés salas aglutinan la exposición permanente del nuevo Sexto Edificio de la entidad

03 ene 2013 . Actualizado a las 14:52 h.

Un viaje por siete siglos de arte en Galicia y por los dos últimos en España, desde los tiempos de Goya. Para llegar a este destino final, el Sexto Edificio del Museo de Pontevedra ha protagonizado un periplo que comenzó con tres años de trámites, continuó con ocho de obras y museografía y que culminará, en cuestión de «días o semanas», como dijo esta semana Rafael Louzán, con la inauguración que protagonizará el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El Museo gana 10.000 metros cuadrados con esta sexta sede. En ella se han invertido entre 24 y 25 millones -incluyendo la rehabilitación del edificio Sarmiento y la museografía-, con respaldo del Ministerio de Cultura y la Xunta, y completa la secuencia evolutiva de sus ricos fondos. El edificio cuenta con dos sótanos, donde se reparten almacenes, talleres de restauración y el auditorio, con 241 plazas, mientras que en la planta baja se ubican la sala de exposiciones temporal y el aula de interpretación de los restos arqueológicos hallados en las excavaciones del solar. En las restantes tres alturas se reparten las 23 salas de exposición permanente, con obras desde el Gótico gallego del siglo XIV hasta el más reciente del XXI.

Una de las particularidades es la concepción de estas salas, que se disponen de manera que el visitante, experto o no, pueda ver y comparar lo que en un mismo momento se hacía en Galicia y otros territorios españoles. «La envergadura y la calidad de las colecciones del Museo -señalan desde la Diputación- permite desarrollar sin lagunas esta propuesta».

En el caso de Galicia, el viaje arranca en la primera planta con un repaso al Gótico y finaliza con el arte de la llamada Generación doliente, con autores como Jenaro Carrero o Parada Justel. La segunda abarca desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del XX y ahí figuran las dos salas dedicadas a uno de los padres del Museo, Castelao, y otra al violinista Manuel Quiroga. Y la superior va desde los renovadores del arte gallego, en los años 20 del pasado siglo, a la actualidad, con autores posteriores a Atlántica. Una última sala está dedicada ex profeso a mostrar parte de los fondos de la colección Fernández López.