Coches, una modesta bajada de impuestos con algunas dudas

Santiago Calvo
Santiago Calvo AL HILO

OPINIÓN

PACO RODÍGUEZ

04 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En España existen dos tipos de modelos de política fiscal bien diferenciados y legítimos. Uno es el que apuesta por unos impuestos más o menos altos con los que sostener un Estado (del bienestar) grande. Otro, en el que se prefiere reducir la carga fiscal soportada por los contribuyentes a cambio de tener una administración más austera. Galicia claramente se encuentra en el segundo grupo.

Un ejemplo de esto es el anuncio del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, por el cual el impuesto que grava la compraventa de vehículos de segunda mano entre particulares se verá reducido en un 60 %, al pasar del 8 al 3 %. El tributo aplicado a este tipo de operaciones es el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales. Se trata de un impuesto cedido, por lo cual las comunidades autónomas tienen la capacidad normativa para modificar varios de sus elementos, entre ellos, su tipo impositivo.

Toda rebaja de impuestos debe ser considerada como una buena noticia, siempre y cuando no afecte a la sostenibilidad de las cuentas públicas. Aunque el alcance de la medida es tímido, ya que se estima que el impacto económico será de unos 5 millones de euros. Los datos apuntan a que la rebaja del impuesto beneficiaría a 60.000 operaciones, lo que supondría un ahorro aproximado de 80 euros por transmisión. Si se está pensando en comprar un coche de segunda mano, ¿pagar 80 euros menos le animaría a dar el paso? Considerando el vehículo de segunda mano más vendido en 2022, con un precio medio de 18.000 euros, el ahorro podría ser del 5 % de su valor.

Del anuncio se desprenden dos dudas. La primera, no es coherente pretender impulsar el consumo para ayudar a las familias en el contexto de inflación actual rebajando impuestos. A mayor demanda, mayores precios. Son varios los organismos nacionales e internacionales los que advierten de la necesidad de retirar las medidas de gracia y transformarlas en políticas mucho más específicas para determinados grupos de población, especialmente a las familias de menor renta. La segunda, dada la antigüedad del parque automovilístico gallego —superior al promedio nacional por un año y medio—, el incentivo debería concentrarse en la compra de vehículos nuevos, aunque es cierto que para el caso de los vehículos no contaminantes el tipo impositivo será del 0 %.

En definitiva, los gallegos podemos disfrutar de una nueva rebaja de impuestos. De corto alcance, y con dudas sobre su pertinencia.