¿Cómo puede afectar el coronavirus a nuestra economía? La respuesta es compleja, y la cuantificación dependerá de la evolución no solo de la epidemia, sino de la propia reacción de la población y de las empresas. En cualquier caso, ya hay algunas estimaciones, como la de Capital Economics, que avanza unas pérdidas para la economía mundial de más de 250.000 millones en este primer trimestre.
Es indudable que muchos sectores productivos ya se están viendo afectados. El turismo es uno de ellos. El miedo y la incertidumbre ante la propagación de esta enfermedad está impactando de forma importante al sector. Solo hay que ver la cancelación de eventos, como el Mobile World Congress, en Barcelona, o las anulaciones de reservas. Edreams, una de las principales operadoras, ya anunció caídas del 92 % de los viajes a China, del 20 % en Europa y del 35 % en Italia (con mayor incidencia en las zonas más afectadas por la enfermedad), pero cualquiera de las agencias de viajes de nuestras ciudades ya están notando la caída de la actividad, aunque muchos son aplazamientos, a la espera de ver la evolución de la propagación del virus.
Otro sector afectado es el industrial, en el que el impacto de la enfermedad es más complicado de medir. Sí sabemos ya que el efecto sobre la economía china ha sido peor del esperado (con una fuerte caída en la industria manufacturera). Sin embargo, en España, en febrero, el dato que conocemos de este sector mostró una mejoría (analizando el índice PMI).
Es cierto que la industria de la moda española depende, en parte, de la producción china, pero las grandes del sector, como Inditex, tienen una elevada diversificación de sus prendas y ya están buscando plantas industriales en países alternativos, en el norte de África, pero también en Portugal y en la propia España.
Otra industria que se podría ver afectada es la de la automoción, al ser China un proveedor mundial de componentes del automóvil.
En cualquier caso, hasta que no se vea cuál es la evolución y contención del COVID-19 no podremos saber, con certeza, el impacto económico total. Pero sí conocemos experiencias previas (impacto del SARS en el 2003) y, aunque este puede ser peor, su efecto tendrá que ver mucho con aspectos más del ámbito de la psicología, que cada vez afectan más a los resultados económicos: control de la incertidumbre, de las emociones o aplicar la racionalidad a nuestras decisiones de forma que, siguiendo las recomendaciones sanitarias, no hagamos que la economía entre en pánico.