Oriol Junqueras dijo recientemente que el Espanyol vestía de blanquiazul porque tenía el título de Real. El presidente del club le explicó en una carta abierta que no tenía nada que ver. Un detalle sin importancia para muchos. Un gran error para los pericos. Si nadie lo hubiera desmentido, el desliz de Junqueras, reconocido culé, se hubiera dado por bueno en muchos foros. El equívoco invita a plantear si los discursos del «España nos roba» están trufados de otras inexactitudes. Los sentimientos del líder de ERC están claros. Ciertos datos no tanto. En el libro Las cuentas y los cuentos Josep Borrell y Joan Llorach desmontan algunos de los pilares sobre los que sustenta la supuesta conveniencia económica de una Cataluña independiente. Los soberanistas aluden constantemente a las presuntas balanzas fiscales alemanas. Junqueras envió una carta a todos los eurodiputados asegurando que las transferencias entre las regiones de Alemania estaban limitadas al 4,5 % de su PIB. Artur Mas lo dijo en declaraciones al diario Le Monde. ¿Cómo va a ser mentira? Pues Borrell y Llorach preguntan a la embajada germana y les responden que las famosas balanzas fiscales no existen. Ese cálculo no se hizo nunca. Como tampoco se ha hecho el de los 16.000 millones que le caerían del cielo la nueva Cataluña cada año. Porque, como recuerdan los autores, no se descuentan los servicios que presta el Estado español desde fuera de la comunidad. La conclusión es que al nuevo Ejecutivo le saldrían gratis las embajadas, el ejército, la carísima presencia en la OTAN, que Mas da por hecha, y la pertenencia a la UE como país rico que participa en los rescates de Grecia. Cuentos. Y la ficción no debería ser un género político.