Referendos

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

21 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La verdad es que llevamos muchas semanas en un sinvivir con esto de los referendos nacionalistas y la cosa ya empieza a resultar un poco cansina.

Más allá de la matraca informativa, las manifestaciones, los conciertos solidarios, declaraciones institucionales y el mercadeo de símbolos, lo que subyace detrás de toda esta agitación es una crisis del medio. Y el medio en este caso es todo el planeta. Hay un colapso de la estructura organizativa de la humanidad que desata mecanismos cibernéticos de cambio encaminados a buscar una nueva organización.

Estos mecanismos sistémicos de reequilibrio nos trascienden individualmente y funcionan sobre la base de un proceso de ensayo y error. Se gatillarán cambios aleatorios de todo tipo, pero no se puede saber si los mismos serán funcionales y conseguirán el nuevo equilibrio que se busca. Ese es el riesgo en que vivimos.

Poco podemos hacer salvo tener la mayor prudencia posible y la inteligencia suficiente para valorar cuáles de todas estas fuerzas reconstituyentes nos estabilizan o nos desequilibran aún más. Este es un tiempo en el que tienen que retratarse los grandes políticos.

Por mucho que se le critique, el señor Cameron de la isla ha sido de los pocos que no han entrado en la estrategia del choque de trenes y ha optado por la táctica del yudo: «Si te empujan, estira y si te estiran, empuja», no resistiéndose a las fuerzas secesionistas sino todo lo contrario, estirando de ellas hasta conseguir derribarlas. Cameron ha sabido sortear la derrota pero favoreciendo cambios en la estructura organizativa del Reino Unido que seguramente resultarán más eficaces.

España está en la misma película y la dificultad con Cataluña no se está sabiendo resolver por ninguno de sus actores, que siguen a garrotazos, como los pintaba Goya, en espera de que alguno de los dos desfallezca.

Menos mal que nos queda el humor. Decía el gran Arguiñano: «Pienso, luego es chiste», y quizás por eso surgió un grupo en la red que ha estado ofreciéndose a Inglaterra para que Galicia ocupara el lugar de Escocia en caso de salir el sí. Argumentan como méritos que nuestras gaitas suenan mejor que las escocesas, que sin el Celtic de Glasgow, tenemos el Celta de Vigo y que nuestras lluvias y brumas nada tienen que envidiar a las de Escocia. Lo único el tema del whisky, pero eso lo solventamos con buena caña y licor café. No está mal planteado.

Otros proponen un borrador de pregunta y opciones de respuestas para un referendo independentista en Galicia. «¿Está usted a favor de la independencia de Galicia?». «Puede que sí y puede que no». «No sé, ¿y tú?». «Depende».

Cosas veredes, Sancho...