A vuelapluma

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

25 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Acababa de terminar el partido final de la Copa y uno de los analistas de la televisión se aplicaba a su tarea: «Ahora, a vuelapluma, pensamos...». Con ello ponía sobre el tapete el problema de qué se puede hacer a vuelapluma (la Academia prefiere a vuela pluma) más allá de escribir.

Los romanos ya empleaban calamo currente ('al correr de la pluma') para indicar que algo se escribía rápidamente, sin pararse a meditar. En español se usa a vuelapluma desde la segunda mitad del XIX. La expresión es sugerente: la pluma recorre ligera y veloz el papel. Su significado, casi literal: dicho de la forma de escribir, 'apresuradamente, sin reflexión'. El problema está en aplicar el sintagma adverbial a algo distinto de escribir o lo que sea que se pueda hacer con la pluma, sea esta cálamo, péndola o péñola, plumilla o estilográfica. No hay dificultad en escribir a vuelapluma aunque sea con bolígrafo o lápiz, o tecleando en un ordenador. Sí la hay para emprender de esa guisa cualquier otra tarea que no se pueda hacer también con una pluma.

Pero la utilidad del a vuelapluma fue tanta que hoy se lee que vuela cualquier cosa, además de las plumas y los aviones. Uno de los casos más frecuentes de sustitución de la pluma en la locución de marras es el de a vuelamicrófono: «... fueron dando sus primeras y perplejas consideraciones a vuelamicrófono». Lo habíamos oído por primera vez en boca de un popular periodista deportivo, antaño dueño de las noches de radio y fútbol y causa de tantas inobservancias del débito conyugal.

Los cambios tecnológicos son padres de la otra gran transformación del a vuelapluma, el a vuelatecla, con todas las grafías imaginables: «... hallarás reflexiones a vuela-tecla sobre Política, Derecho y Economía»; «pensamientos a vuela tecla»; «versillos a vuela tecla». No pueden justificarse en innovación alguna construcciones como «versos a vuela luna», «a vuela bitácora» o «evocaciones a vuela voz», que puede encontrar el lector a poco que busque y rasque. Y algunos de sus creadores dirán que escriben bien. Se ve que no tienen a vuela.