DIARIO 16, UN PERIÓDICO ABIERTO PARA UNA SOCIEDAD ABIERTA

La Voz

OPINIÓN

SUSANA MUÑIZ

EMILIO REY BERGUER Y LUIS VENTOSO El nuevo Diario 16 que acaba de llegar a las calles es distinto y se nota a simple golpe de vista: cuenta con más color y más páginas; la cabecera ha sido remozada y ahora semeja un vuelo optimista hacia el futuro; la distinción entre las secciones resulta más rotunda y ordenada. Son cambios importantes, que conforman un oferta cada vez más competente, sin embargo serán meras innovaciones epidérmicas si no respondiesen a algo más profundo: una idea.

23 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Un periódico es siempre una idea. Y a Diario 16 lo alimenta un ideario muy nítido: el de ofrecer un periódico que se autodefine desde hoy como «abierto»: ¿Abierto? Sí, porque quiere superar los viejos conceptos excluyentes de derecha e izquierda, que denostan al que no opina como todos. Abierto porque reinvindica toda la gran tradición liberal para propugnar el predominio de la sociedad civil sobre el Estado. Abierto porque defiende con energía y descaro los valores de la generación emergente, en especial las banderas de la solidaridad y la ecología. Diario 16 ha cambiado, y queremos y podemos contarlo en alto. Decimos que «podemos contarlo» y no es anecdótico. Sincerarse con el público, enseñar la cara y no la careta a los lectores, es algo que no está al alcance de la mayoría de los medios de nuestro país, pregoneros los unos de un partido político, mensajeros los otros de los intereses pecuniarios de grandes compañías ajenas al sector de la comunicación. Pero hagamos un inciso, pues para retratar nuestro presente es preciso hacer antes un breve viaje a la intrahistoria del periódico. La cabecera de Diario 16, fundada en 1976, cuenta con una tradición honorable: fue pilar de la restauración democrática y supo luchar por los derechos cívicos de los españoles, manteniendo una posición polí­tica ecuánime y ponderada. El periódico llegó a los quioscos reclamando una «libertad sin ira». La simple elección de ese lema da idea del tono dialogante, del deje liberal que siempre ha tenido Diario. Ese acento tolerante y aperturista se ha vuelto a recuperar en los últimos dos años -si cabe aún con mayor hincapié que antaño- tras superar momentos de indudable zozobra. Y es que Diario 16 también tuvo pasajes negativos que no ocultamos. Una pésima gestión empresarial y periodística condujo al periódico a una grave crisis en la segunda mitad de la década de los noventa. Editores aficionados, irresponsables y a veces sin escrúpulos cavaron una fosa económica que parece inexplicable: ¡más de 20.000 millones de pesetas de deuda! Periodistas afectos a estridencias estériles incurrieron en el tono amarillo. Los conflictos se sucedieron. La crisis concluyó en los juzgados, con una subasta pública de la cabecera. Es en enero de 1998 cuando Diario 16 vuelve a contar con el respaldo de una empresa profesional del sector de la comunicación. En ese mes, el Grupo Voz, una compañía líder con 118 años de historia a sus espaldas, adquirió la cabecera en una puja por 500 millones de pesetas. El 18 de enero de 1998, cuando Diario 16 cumplía 255 meses, el Grupo Voz consiguió en un tiempo récord, y con sólo 14 periodistas, el pequeño/gran milagro de sacar el periódico a la calle. Gracias a ese tour de force el rotativo nunca faltó a su encuentro con los lectores. ¿Qué habíamos visto en lo que por entonces parecía un callejón sin salida? Pues un pasado que, en conjunto, permitía enorgullecerse de él y un futuro que se podía ganar (de hecho, estamos ya ganándolo). La adquisición de la cabecera por parte del Grupo Voz venía a fundir dos tradiciones de notable parentesco ideológico: si Diario 16 era un periódico de aire liberal; La Voz de Galicia, el rotativo sobre el que creció el actual Grupo Voz, había sido fundado en 1882 por Juan Fernández Latorre bajo los principios irrenunciables de la libertad y la democracia. Los valores que inspiraron Diario 16 son por tanto los mismos que casi un siglo antes habían nutrido al germen del Grupo Voz. Hoy, en momentos de cambios rutilantes, esos asideros morales e ideológicos constituyen la brújula con la que buscamos a nuestros lectores. Así, mantenemos una postura aperturista-liberal porque creemos ante todo en la iniciativa de las personas y el respeto a sus derechos individuales. Entendemos el liberalismo como un ejercicio de puro sentido común: el Estado ha de ser un mero regulador, pues si participa en exceso se convierte en juez y parte, conculcando los principios básicos de la Justicia. Queremos superar los conceptos obsoletos de derecha e izquierda (¿cómo se puede, ahora que arranca el siglo XXI, seguir defendiendo posiciones que propugnan la exclusión visceral del contrario?, ¿qué credibilidad tienen los medios de comunicación que, desde una orilla u otra, quieren excluir a una parte de la sociedad para beneficiar a la restante?). Frente a ese maniqueísmo que hoy se antoja absurdo (los jóvenes lo ven muy claro), Diario 16 adopta otros valores más naturales y hondos: el compromiso con los demás y con el medio ambiente (que se traduce ya en Mestizaje, el suplemento emblema del periódico, el único de la prensa española dedicado al mundo de la solidaridad y la ecología); y la exigencia de un nuevo orden mundial, que debe pivotar sobre los derechos humanos y el reforzamiento de la ONU como órgano que ha de dotarnos de unas minimas e imprescindibles normas de juego planetarias. El compromiso solidario de Diario 16 se traducirá también en hechos: el periódico se prepara para destinar a tareas filantrópicas el 0,7% de sus ingresos por venta. Sabemos que será una decisión controvertida, que algunos nos tildarán de oportunistas, pero mucho más estéril y dañino es lo otro: quedarse de brazos cruzados ante los dramas circundantes. Diario 16 se autodefine también como un periódico «abierto» porque entiende y respeta las diversas maneras de vivir la sexualidad y las relaciones de pareja, y porque sabe que hay más de una sensibilidad religiosa, y que la fe dominante no tiene que coincidir precisamente con la más acertada. Desde hace dos años y medio hemos trabajado a destajo para llegar al punto en que estamos hoy. En una primera fase nuestro desvelo fue dotar de musculatura y alma al periódico (más paginación, mas información exclusiva, más investigación, más reportajes, más aperturismo). Después lo alimentamos con un intenso complejo vitamí­nico (actualmente ofrecemos un suplemento cada día de la semana). Ahora nos sentimos robustos y podemos por fin esprintar. Sólo prometemos una cosa: la carrera será limpia y la meta, que está ahí, nos vale la pena a todos. A tí, que eres lo que nos importa, y a nosotros. EMILIO REY BERGUER es editor del Grupo Voz
LUIS VENTOSO es director de Diario 16