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El primer buque gallego sin tripulación interesa a varios Gobiernos y empresas

Salvador Serantes VIVEIRO / LA VOZ

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

El dron «El Defensor» sale de A Mariña para labores de rescate, vigilancia y defensa

13 feb 2016 . Actualizado a las 14:27 h.

Una empresa de Ribadeo y otra de Lugo han creado el primer buque gallego sin tripulación, que se construye en Foz y se ensambla en Ribadeo. De diseño, ingeniería y construcción lucenses, irrumpe en el mercado internacional con el aval del interés mostrado por el propio Gobierno español, por diferentes países de Sudamérica y Oriente, y por navieras y empresas petroleras. Pendiente de las pruebas de mar, el primer prototipo se presentó el viernes en Ribadeo. Con diferentes equipamientos, el dron marítimo está pensado para labores de rescate, vigilancia y defensa.

Dos años de trabajo han precedido al paso anterior a su fabricación. El Defensor nace por iniciativa de la ribadense Construcciones Aeronáuticas de Galicia y de la lucense Breogán Ingeniería. Esas dos empresas han constituido Mar Naveo, con la que colaboran Ksins (el astillero de Foz donde se construye la lancha) y Oto Melara Ibérica (que se ocupa del armamento).

Con casi 8 metros de largo, cerca de tres ancho y casi dos de alto, la embarcación es de vidrio reforzado. Dos motores hidrojet de 250 caballos de potencia le permiten alcanzar una velocidad de 92 kilómetros por hora. Con su potencia máxima, navega con vientos de hasta 30 kilómetros y olas cada vez más largas. En el modo económico va a 22 kilómetros por hora y resiste peores condiciones del mar. Una tonelada de combustible le da una autonomía de 120 horas o de 1.852 kilómetros.

Desde un centro de control autónomo, que puede estar en un vehículo, un barco o una aeronave, se gobierna a distancia, con un radio de acción de 463 kilómetros. En caso de vuelco, El Defensor no se hunde y recupera por sí solo su posición inicial. Si se pierde el control remoto, regresa a su base por sí mismo. Si se avería, una señal codificada permite localizarlo y remolcarlo. En caso extremos, se autodestruye.

En nombre de Mar Naveo, Andrés Rodríguez subrayó en Ribadeo que en el mundo «se cuentan con la mitad de los dedos de la mano» los buques dron en fase de investigación y desarrollo. Aún no han cerrado ningún pedido, pero de El Defensor están pendientes la Armada española, empresas petrolíferas, navieras atacadas por piratas en Somalia, así como Gobiernos de países orientales, como Catar, o sudamericanos, como Uruguay o Paraguay. A los últimos, como a otros del entorno, les interesa para controlar el narcotráfico en sus grandes ríos o en sus costas.

Si se cumplen las previsiones, el primer buque gallego no tripulado llegará al mercado en unos meses. Dependiendo del equipamiento, su precio oscilará entre 2,5 y 4 millones de euros. Mar Naveo estima que construirá seis drones marítimos cada año, con una facturación de unos 30 millones. Según Andrés Rodríguez, ahora «la demanda supera la capacidad de producción».

Tres equipaciones y control remoto, con dos hombres para dos lanchas

El Defensor pesa 3.000 kilos y puede transportarse como otras lanchas de sus dimensiones. El puesto de mando y control remoto se monta en un contenedor, con 48 horas de autonomía de funcionamiento, preparado para trabajar con temperaturas de entre -20 y 50 grados centígrados. Este se traslada en camión, barco, helicóptero o en avión.

Dos hombres pueden gobernar a distancia dos buques dron. En el centro de control reciben imágenes de las cinco cámaras con las que va equipada cada lancha, así como la información que recojan un radar que detecta pequeños navíos a 22 kilómetros y el radar de navegación, cuyo alcance son 66 kilómetros. Cámaras y sensores localizan personas a 9 kilómetros de distancia y pequeños navíos a 15.

Los modelos

Aunque la embarcación se construye para poder equiparla con más de una configuración, Mar Naveo ha diseñado tres. Una está pensada para vigilancia e inspección pesquera, identificación de buques, localización de náufragos y vigilancia aduanera, de aguas restringidas o de vertidos. Otra incorpora armamento como lanzagranadas, ametralladoras o misiles, y está pensada para defensa de puertos, bases navales, buques o plataformas petrolíferas, así como contra los piratas, además de aguas territoriales. Y la tercera es la de salvamento: a bordo puede transportar a 15 náufragos y remolcar a 48 más en las 4 balsas salvavidas que incorpora. Este último modelo también sirve para vigilar buques y localizar náufragos.