Fomento pone turnos de día y noche para la alta velocidad en San Xiao

Marta de Dios / suso Varela LUGO / LA VOZ

LUGO

CARLOS CASTRO

Este año hay asignados cuatro millones de euros y seis para el 2015

30 oct 2014 . Actualizado a las 05:01 h.

Las obras de la variante de A Pobra de San Xiao, en el término municipal de Láncara, avanzan a buen ritmo desde hace dos meses. A los operarios se los puede ver trabajar de día y de noche, un extremo que confirmaba ayer el alcalde de la localidad, el popular Eladio Capón, a la salida del pleno: «Levan xa un par de meses traballando á altura do viaducto e teñen que estar avanzando bastante ben porque se lles ve tamén de noite», aseguraba.

Esta variante, incluida en el proyecto de dotar a Galicia de los servicios del tren de alta velocidad, se adjudicó en noviembre del año 2006 con un presupuesto de 90,44 millones de euros a la UTE Ferrovial Agromán Obras Subterráneas.

Este 2014 los trabajos contaron con una dotación presupuestaria de cuatro millones de euros por parte del Ministerio de Fomento, que incrementa el dinero asignado para el próximo ejercicio. Los Presupuestos Generales del Estado prevén para la variante seis millones de euros en el 2015.

Este es el único tramo del AVE en obras de la provincia de Lugo, aunque para verlo acabado habrá que esperar, puesto que ADIF ha establecido la finalización de los trabajos más allá del 2018. Y eso que la infraestructura está ejecutada en más del 70%, un porcentaje alto en el que se incluyen las actuaciones más complicadas, como la construcción de túneles. Ahora los trabajos se centran en la fase final, la colocación de las vías.

En el retraso de las obras jugó un papel importante la llegada de la crisis económica, que produjo una reducción presupuestaria y con ella la demora en la ejecución de las actuaciones por un período de varios años.

Este proyecto supondrá, entre otras cosas, la supresión de pasos a nivel de gran peligro para los lugareños. Uno de los más peligrosos es el ubicado en A Pobra de San Xiao, que atraviesa el casco urbano y por el que los vecinos están obligados a cruzar a diario -en algunos casos varias veces al día- tanto a pie como en coche. Un punto que el año pasado se cobraba la primera víctima mortal.