Evitó que atracasen la gasolinera de la A-6 lanzando batidos de chocolate

xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

El empleado del área de Guitiriz se arriesgó a morir de un disparo

20 nov 2013 . Actualizado a las 18:24 h.

Un trabajador del área de descanso de la A-6 de Guitiriz evitó, lanzándoles botellas de batido de chocolate, que tres personas cubiertas con pasamontañas y armadas asaltaran el establecimiento sobre las cuatro de la madrugada del día de San José del año 2009. De los hechos se tuvo constancia ayer como consecuencia del juicio que se celebró en el Juzgado de lo Penal de Lugo y al cual únicamente concurrió uno de los acusados. Se trata de J. C. R., un lugués que se enfrenta a una petición de condena por parte del fiscal de cuatro años y cuatro meses de prisión por los presuntos delitos de robo con intimidación en grado de tentativa y falsedad en documento oficial.

En los hechos intervinieron al menos tres personas. Una, la que fue juzgada ayer; otra, un hombre brasileño que fue expulsado del país y una tercera, también de la misma nacionalidad de la que nada se sabe. Según el fiscal se presentaron en el área de descanso con los rostros cubiertos con pasamontañas para que no los identificaran. Llevaban barras de hierro y una de ellas una pistola.

Uno de los asaltantes le dijo al empleado que si se movía dispararía, sin embargo el trabajador reaccionó tirándoles unas botellas de batido de chocolate de una partida que en aquel momento estaba colocando en una estantería del local. Con esas «armas» logró disuadir a los atracadores que salieron huyendo. Seguidamente subieron a un Fiat Tempra, cuya matrícula habían manipulado con cinta aislante para no ser reconocida. El fiscal pidió para los acusados la misma pena de prisión para cada uno.

El trabajador, en la declaración que presentó ayer en el transcurso de la vista, dijo que se había encontrado a tres jóvenes, uno con una pistola y otro con una barra de hierro. «Me puse en la puerta y les arrojé dos batidos de chocolate para que no pasaran al interior», dijo.

Los atracadores salieron corriendo y el empleado detrás de ellos. «Yo pretendía neutralizar a uno y pensé en el que llevaba la pistola. Cuando llevábamos unos metros corriendo, él se paró, me apuntó y me dijo: negro, párate o disparo. Yo abrí los brazos y le dije, dispara, dispara cuando quieras», relató el empleado del establecimiento.

No se sabe si el atracador tuvo miedo y no disparó o si, por el contrario, el arma que llevaba era simulada. Lo cierto es que emprendió la fuga en el Fiat Tempra. Para tratar de que no les vieran, ni tan siquiera encendieron las luces del vehículo.

El trabajador cree que los atracadores tenían un cuarto cómplice que les esperaba al volante del vehículo.

El acusado dijo que a él le habían propuesto el golpe los otros dos implicados. La intención, explicó, era apoderarse del dinero de las máquinas tragaperras y también de la del tabaco. «Yo no pensaba en participar. Creía que tenía que vigilar, pero resulta que me dijeron que si no participaba no me darían mi parte de botín. No me quedó más remedio que hacerlo», dijo.

«Yo abrí los brazos y le dije: dispara, dispara cuando quieras. Y salió huyendo»