Una asociación denuncia que se vulneran los derechos de los sordos

laura lópez LUGO / LA VOZ

LUGO

Un detenido pasó dos noches en el calabozo por falta de un intérprete

19 feb 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

Se ha avanzado en la integración de las personas sordas, pero queda mucho por hacer. Así lo creen desde Acción Lucense de Sordos (Alusor), una oenegé que denuncia la continua vulneración de los derechos de las personas sordas. Hablan, sobre todo, de las situaciones de emergencia. «Debería ser obrigatorio que os equipos de emerxencias soubesen lingua de signos», explica el presidente del colectivo, Miguel Fernández.

Desde la asociación explican que ya plantearon esta posibilidad a la edila de Benestar Social, Carmen Basadre, para ofertar a la Policía Local y a los Bomberos cursos básicos de lengua de signos. «Sería moi útil para axudar ás persoas maiores», cuenta Fernández. Sin embargo, añade el presidente, Basadre les aclaró que el Concello no puede obligar a estos trabajadores a aprender lengua de signos. «Pode que non sexa obrigatorio, pero eticamente deberían participar. Polo menos deberían valorarse eses coñecementos extras á hora de dar o posto de traballo. Nós estamos dispostos a ofrecer cursos de lingua de signos adaptados á súa situación de traballo», continúa Fernández.

Alusor conoce numerosos ejemplos reales en los que personas sordas no han podido ser atendidas como se haría con cualquier otro ciudadano debido a las barreras de comunicación.

Diferentes tratamientos

Uno de los casos más llamativos es el de un detenido que pasó dos noches en el calabozo por falta de intérprete: «Unha noite dun sábado detívose a dúas persoas por un altercado, un deles xordo. Ao que oía, tras prestar declaración, deixárono marchar. Pero non había intérprete para facer o mesmo co xordo. Así que quedou ata o luns pola mañá detido, que é cando puideron pedir un intérprete. Iso non é xusto», aclara Fernández.

El ámbito sanitario es otro en el que se hace imprescindible la comunicación. A la secretaria de Alusor, Maribel Canto, aún se ponen los nervios a flor de piel cuando recuerda el sábado que tuvo que ir de urgencias al hospital porque su marido se encontraba mal. «Poste moi nerviosa porque non consegues explicar o que lle ocorre ao enfermo e despois non es capaz de comprender o diagnóstico. Eu estaba desesperada ata que o luns por fin puiden chamar a un intérprete», señala.