Fauna del Paleozoico al pie de las ruinas de Carbedo

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

PEDRAFITA DO CEBREIRO

Bajo el castillo de O Courel hay un poco conocido yacimiento de fósiles

19 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las ruinas del castillo de Carbedo, junto a la carretera que une Seoane con Visuña, son desde siempre uno de los parajes más emblemáticos y populares de la sierra de O Courel. Mucho menos conocido es el hecho de que al pie de la vieja fortaleza -construida en un momento impreciso de la baja Edad Media- se conservan testimonios de épocas incomparablemente más antiguas. Las rocas en las que se asienta el castillo contienen fósiles de pequeños animales que vivieron en el periodo Cámbrico Inferior, entre hace 530 y 515 millones de años.

El descubrimiento de estos fósiles no es nuevo, pero es prácticamente desconocido fuera de los círculos científicos. El yacimiento fue dado a conocer en un trabajo de los geólogos Thilo Bechstädt y A. Russo publicado en la Revista de la Sociedad Geológica de España en 1994. El castillo de Carbedo, por cierto, es mencionado erróneamente en este estudio como Carredo. No fue este el único lugar de la sierra donde los referidos investigadores encontraron rastros biológicos de ese periodo. El trabajo reúne los resultados de una investigación realizada en la zona situada entre Visuña y Pedrafita do Courel, donde aflora la llamada Formación Vegadeo, un vasto conjunto de rocas calizas y dolomíticas que fue identificado por primera vez por el geólogo francés Charles Barrois en el siglo XIX. Los autores del estudio también encontraron fósiles del mismo tipo en Moreda y Visuña.

Los fósiles hallados en estos lugares no son muy reconocibles a simpe vista, ya que no poseen conchas, pinzas u otras estructuras que permitan distinguirlos con facilidad. Una parte de ellos son arqueociatos, unos pequeños animales de forma cónica o cilindro-cónica y de varios centímetros de longitud que algunos científicos incluyen en la familia de los poríferos o esponjas, mientras que para otros constituían un grupo separado. Estas criaturas estaban presentes en gran parte del planeta y sus fósiles se han podido localizar en todos los continentes. Pese a esta gran propagación ya estaban extinguidos en el Cámbrico Medio, entre diez y quince millones de años después de haber aparecido. Otros fósiles pertenecen al grupo de los calcimicrobios, unos organismos microscrópicos que se asociaban en grandes colonias y formaron los arrecifes coralinos más antiguos que se conocen.

Aguas poco profundas

Al igual que ocurre en O Courel, los arqueociatos y los calcimicrobios aparecen normalmente asociados en los yacimientos de fósiles esa época. Todo indica que estos organismos vivían en plataformas de aguas someras -charcas o lagunas- situadas en los bordes continentales. Los arqueociatos son de especial interés para los científicos porque experimentaron importantes transformaciones evolutivas -lo que ayuda a reconocer las diferentes etapas bioclimáticas que se sucedieron durante ese periodo geológico- y sus fósiles son muy útiles para determinar dónde se encontraban los límites de los antiguos continentes y mares. Por lo tanto, su presencia en el castillo de Carbedo indica que aunque este lugar se halla ahora a 930 metros de altura, las rocas en la que se levanta se formaron a orillas del océano. Durante el Cámbrico Inferior, la mayor parte de la tierras emergidas se agrupaban en el supercontinente Gondwana. Lo que es ahora la sierra de O Courel estaba en su límite norte.