España se abre a una misión internacional en el mar Rojo bajo el mando de la OTAN

La Voz REDACCIÓN

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Un helicóptero militar hutí, el pasado 20 de noviembre en el Mar Rojo, hostigando a un buque comercial
Un helicóptero militar hutí, el pasado 20 de noviembre en el Mar Rojo, hostigando a un buque comercial HOUTHI MILITARY MEDIA | REUTERS

«Si se quiere lanzar esa operación, bien estará», afirmó Pedro Sánchez

28 dic 2023 . Actualizado a las 11:25 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió ayer la puerta a una nueva misión internacional en el mar Rojo, pero quiso dejar claro que deberá ser distinta a la operación Atalanta contra la piratería que se desarrolla en Océano Índico occidental. «Si se quiere lanzar esa operación, bien estará», dijo.

Fue Estados Unidos quien anunció una nueva misión en la zona para proteger a los buques atacados por los rebeldes hutíes de Yemen en respuesta a los bombardeos de Israel sobre territorio palestino. Incluso dio por hecha la participación de España, pero el Gobierno se desmarcó y dejó claro que no haría nada unilateralmente.

«Consideramos que la operación Atalanta no tiene las características ni es de la naturaleza de la operación que se exige para el Mar Rojo —remarcó—. En Atalanta lo que estamos haciendo es luchar contra un fenómeno particular de la piratería y en el mar Rojo la situación es completamente distinta, el riesgo es diferente y evidentemente la naturaleza del desafío es distinta. No tiene nada que ver una operación con otra».

En todo caso, subrayó el presidente que, dentro de la Unión Europea, España es el primer país que participa en más misiones militares de paz en el marco de la OTAN, y el cuarto de esta organización con «más de 3.000 soldados desplegados en distintas operaciones a lo largo y ancho del mundo».

Los ataques a buques comerciales en el mar Rojo, que han llevado a cabo rebeldes hutíes de Yemen, han obligado a algunas de las principales navieras globales a suspender sus operaciones en la zona, lo que pone en jaque la cadena de suministros global y amenaza con impactar a países importadores de petróleo y gas como España.

Los ataques con drones y misiles han empujado a las compañías a buscar rutas alternativas, principalmente a través del cabo de Buena Esperanza, al sur de África, un trayecto que puede sumar diez días de viaje hacia Europa desde el Golfo, y aún más desde los puertos asiáticos.

Una de ellas es la alemana Hapag-Lloyd, especializada en el tráfico de contenedores que continuará desviando el tránsito de sus buques hacia el cabo de Buena Esperanza al considerar que la situación en la ruta del mar Rojo todavía es «demasiado peligrosa». No obstante la multinacional subrayó que evalúa la situación de manera continuada y tiene prevista una nueva reunión de su comité de crisis este viernes. Por su parte, el gigante danés Maersk, la segunda mayor compañía mundial del sector, anunciaba el pasado fin de semana que, tras confirmarse la iniciativa de seguridad multinacional liderada por los EE.UU. se está preparando para ordenar a sus buques usar de nuevo esta ruta del mar Rojo.