Siria y Rusia, acusadas de la matanza de civiles con un bombardeo químico

La Voz JERUSALÉN / COLPISA

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Médicos presentes denuncian un centenar de muertos, muchos de ellos niños

05 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un supuesto ataque con armas químicas, que habría causado decenas de muertos, entre ellos mujeres y niños, volvió a eclipsar a todos los frentes abiertos en Siria. Fuentes médicas, testigos y equipos de rescate acusaron al Ejército y a Rusia de emplear armamento prohibido en un bombardeo aéreo contra Jan Shijún, localidad del sur de la provincia de Idlib bajo control de Fatah al-Sham, brazo de Al Qaida en el país. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que hubo al menos 58 muertos, mientras que grupos médicos presentes en la zona elevaron la cifra a 100, muchos de ellos menores.

Es la tercera vez en menos de una semana que la oposición denuncia el uso de armas químicas por parte de Damasco, pero esta vez la acusación llegó acompañada de vídeos y fotografías de una gran dureza en las que se veían niños muertos con los ojos perdidos, hombres con espuma en la boca y equipos de rescate intentado reanimar a heridos mojándolos con mangueras. A las pocas horas del ataque, un segundo bombardeo alcanzó el hospital en el que atendían a los supervivientes, denunciaron las mismas fuentes opositoras.

Las imágenes se difundieron de forma viral por las redes sociales y provocaron la inmediata reacción de la comunidad internacional, reunida en Bruselas en una cumbre organizada por la UE y Naciones Unidas para analizar el futuro de Siria tras el final del conflicto. A falta de una investigación independiente para verificar lo ocurrido, algo complicado como se ha visto en anteriores casos debido a que estas zonas las controla Al Qaida, Turquía lo calificó de «crimen contra la humanidad», mientras que Rusia habló de «falsedades anti-rusas», y fuentes del Ejército sirio, de «propaganda» de la oposición. El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault, solicitó una «reunión urgente» del Consejo de Seguridad y Federica Mogherini, responsable de Exteriores de la UE, señaló al Gobierno de Damasco como principal culpable. Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU a Siria, también apuntó al Ejército sirio o ruso y aseguró que se trató de un «ataque aéreo». La Casa Blanca condenó el «atroz» ataque y, además de señalar al presidente sirio, hizo referencia a la administración de Barack Obama y consideró lo ocurrido como una «consecuencia de su debilidad».

El ministerio de Defensa de Rusia emitió un comunicado en el que informó de que sus aviones «no han efectuado ningún ataque en la zona en torno a la localidad de Jan Shijún, en la provincia de Idlib». Este es el mismo mensaje que Moscú ha emitido cada vez que ha saltado un caso de estas características desde que participa abiertamente en esta guerra en apoyo de Asad.

Gobierno y oposición se acusan mutuamente del empleo de armas prohibidas desde hace años pero, de confirmarse este ataque, se trataría del más grave desde que en agosto de 2013 EE.UU. afirmara tener la «clara certeza» de que el Gobierno mató con armas prohibidas al menos a 1.429 personas, de ellas 426 niños, en zonas opositoras de Damasco. Las autoridades sirias lo negaron, pero tuvieron que aceptar la posterior entrega de todo su arsenal químico para evitar la intervención de EE.UU., que había establecido el uso de este tipo de armamento como una línea roja.