Merkel da marcha atrás y devolverá a los sirios a los países por los que llegaron

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

YVES HERMAN | Reuters

Alemania prevé además retirarles el derecho de reunificación familiar dos años

12 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 4 de septiembre Alemania abría la frontera a los refugiados y ahora da marcha atrás en su política de puertas abiertas. No contento con expulsar a los refugiados procedentes de los Balcanes, al declararles «migrantes económicos», ni con la creación de centros de llegada para acelerar la devolución de todos aquellos a los que les sea denegada la acogida, el Gobierno alemán anunció que, desde el pasado 21 de octubre, vuelve a aplicar la convención de Dublín en todos los casos sin excepción.

Ello significa que Alemania enviará a los sirios que hayan llegado a su territorio de vuelta al país por el que entraron en la UE, a excepción de los que ingresaron al espacio Schengen a través de Grecia. «Con ello aspiramos a recuperar el orden de llegadas», alegó el ministro de Interior, Thomas de Maiziére, quien prevé además retirarles el derecho de reunificación familiar dos años. La decisión no parece responder a la lógica. Especialmente porque el pasado 25 de agosto la Oficina federal de Migración declaró a los sirios su máxima prioridad, al anunciar que aceptaría todas las peticiones de asilo de los ciudadanos de esta nacionalidad, por ser los más necesitados.

De Maizière insistía ayer en que no hay «motivo alguno para alarmarse», ya que la medida solo supone volver a aplicar la normativa de Dublín. «Los trámites de asilo para los demandantes sirios han demostrado ser poco rigurosos», explicó el ministro refiriéndose a que muchos pretendían ser de esa nacionalidad sin serlo. Pero lo alarmante es que la canciller no había sido informada de esta decisión que su ministro habría adoptado de forma independiente. Así lo aseguró ayer la viceportavoz de Merkel, Christiane Wirtz. Tampoco el ministro de la cancillería, Peter Altmaier, designado para coordinar la política migratoria de manera centralizada, ni el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Steinmeier, estaban al corriente.

La oposición criticó la medida, que ha desatado reacciones desiguales entre sus vecinos. Mientras que la ministra austríaca de Interior, la conservadora Mikl-Leitner, alabó el nuevo rumbo del Gobierno alemán, Hungría ya adelantó que no aceptará la devolución de refugiados a su territorio. El nuevo tira y afloja por la crisis migratoria en el seno del Gobierno de coalición responde más bien al desbordamiento de las autoridades, que podrían recibir entre un millón y millón y medio de refugiados este 2015.

Ayer mismo el consejo de asesores económicos del Ejecutivo, los llamados Cinco Sabios aseguró que, aunque le costará a Alemania hasta 22.000 millones de euros entre este año y el que viene, la locomotora europea bien puede afrontar ese desembolso económico.