Indígenas y sindicalistas confluyen en Quito enfrentados a Rafael Correa

Julio Á. Fariñas REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

José Jácome | EFE

Rechazan los nuevos impuestos y la reelección indefinida del presidente

13 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La ola de protestas desatada en todo el país por sindicatos y comunidades indígenas, con el respaldo de la derecha política, para tratar de frenar una batería de iniciativas legislativas lanzadas por el presidente, Rafael Correa, para amortiguar los efectos de la drástica caída de los ingresos procedentes del petróleo convertirá hoy la capital de Ecuador en un gran manifestódromo en el que no faltarán los partidarios del Gobierno, convocados «en defensa de la democracia».

Las protestas se han reanudado una vez transcurrida la reciente visita oficial del papa Francisco al país, que actuó a modo de anticiclón al anunciar el Gobierno con antelación la retirada temporal de alguna de sus iniciativas legislativas más cuestionadas.

Cerca de 250 manifestantes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaei), que agrupa al 7 % de la población ecuatoriana, según el censo oficial, se encuentran acampados desde ayer en las afueras de Quito, tras caminar en muchos casos más de 800 kilómetros desde el sur del país, durante diez días, para participar hoy en la manifestación convocada dentro del «paro nacional del pueblo» por los sindicatos y la derecha política.

Paradójicamente, indígenas y sindicalistas jugaron en los años 90 un papel clave en la caída de Gobiernos anteriores al de Correa, con sus protestas progresivas y con la paciencia como única arma, y posteriormente en su triunfo electoral del año 2006.

Acusan al presidente de haber robado el discurso del movimiento indígena y de haberlo dividido, comprando con ofrecimientos a algunos de sus líderes y criticando ferozmente a quienes no se le plegaron. Correa califica a los indígenas opositores de la Conaie de «aliados de la derecha» y de «ponchos dorados [de élite]».

El detonante de la ruptura de un sector del movimiento indígena con Correa son los proyectos de explotación minera y petrolera aprobados en zonas de gran impacto ambiental.

Los efectos de la crisis

Uno de los méritos indiscutibles de la gestión de Correa al frente del Gobierno ecuatoriano ha sido su ambicioso plan de modernización de las infraestructuras del país (sanitarias, educativas, viarias y de todo tipo) que puso en marcha, a cuenta de los ingresos petroleros y las remesas de divisas de los emigrantes.

La drástica caída de los precios del petróleo y la crisis obligaron a paralizar muchos de esos proyectos y redujeron la tasa de crecimiento de la economía ecuatoriana al 3 % en el primer trimestre del 2015, y sigue evolucionando a la baja. Todo esto fue lo que dio pie a polémicas iniciativas legislativas como las leyes de herencias, plusvalías, tierras y la de aguas, con fines claramente recaudatorios. Estas, unidas a las enmiendas a la Constitución para hacer posible su reelección indefinida, se convirtieron en el detonante de las protestas.