Ante el rechazo del ex primer ministro de Portugal, el juez tendrá que decidir entre mantenerlo en prisión preventiva o enviarlo a casa pero sin el dispositivo electrónico
08 jun 2015 . Actualizado a las 22:02 h.El ex primer ministro de Portugal José Sócrates, en prisión preventiva desde el pasado noviembre, rechazó este lunes pasar a prisión domiciliaria con una pulsera electrónica, como había propuesto la Fiscalía lusa. El juez encargado de la denominada «Operación Marqués», Carlos Alexandre, tiene de plazo hasta mañana martes para decidir si modifica las medidas de coacción aplicadas a Sócrates, que está acusado de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción.
La pulsera electrónica es la única medida de coacción que puede quedar a elección del acusado, ya que es necesario su consentimiento y el de las personas que vivan en la misma casa para poder aplicarla. Sócrates rechazó esta medida, en una carta difundida por los medios portugueses, en la que denuncia la «enorme y cruel injusticia» que se ha hecho con él.
Recuerda que ha cumplido ya en la cárcel «seis meses sin acusación» y «seis meses de una furiosa campaña mediática» de difamación «permitida, si no dirigida, por el Ministerio Público». «Ahora, el Ministerio Público propone prisión domiciliaria con vigilancia electrónica, que continúa siendo prisión, solo que necesita mi consentimiento», algo que «nunca» podría dar, añade en el texto. «En las situaciones más difíciles siempre hay una elección. La mía es ésta: digo no», concluye.
Tras conocerse su rechazo, el juez que lleva el caso, Carlos Alexandre, tiene dos opciones: mantener al antiguo jefe del Gobierno en prisión preventiva o enviarlo a casa bajo arresto domiciliario y sin pulsera electrónica. Esta última opción no suele ser muy utilizada, ya que el acusado quedaría bajo vigilancia «comunitaria» -es decir, confiando en que los vecinos ejerzan una función de control-, lo que se considera poco eficaz.
El abogado del ex primer ministro socialista, João Araújo, mostró el pasado sábado su desacuerdo con la propuesta de la Fiscalía, al considerar que no se debería aplicar ninguna medida de coacción a su cliente. Sócrates fue detenido en el aeropuerto de Lisboa el pasado 21 de noviembre, tras desembarcar de un vuelo procedente de París, e ingresó en prisión cuatro días después.
Aunque la Justicia no ha divulgado detalles, la prensa apunta a que Sócrates contaba con una fortuna superior a los 20 millones de euros, dinero que guardaba supuestamente en cuentas bancarias a nombre de un testaferro y que recibía de varias empresas debido a su intermediación para facilitar negocios en el extranjero.
El que fuera jefe del Gobierno portugués es el único de los siete implicados en el caso que continúa en prisión, después de que su supuesto testaferro y amigo de la infancia, Carlos Santos Silva, pasara a arresto domiciliario a finales de mayo, aunque con una pulsera electrónica.
También fueron declarados sospechosos en el caso la esposa de Santos Silva, Ines Ponte do Rosário; el chófer del ex primer ministro Joao Perna; el abogado Gonçalo Trindade Ferreira; el administrador de la farmacéutica Octapharma, Paulo Lalanda Castro, y el administrador del Grupo Lena, Joaquim Barroca.