Moderados y radicales en la yihad

INTERNACIONAL

La milicia Estado Islámico de Irak y el Levante fue creada y armada por Arabia Saudí y entrenada por EE. UU. en Jordania. Solo se le ha considerado radical cuando dejó de luchar contra Al Asad en Siria

22 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Se comprende el desconcierto de muchas personas cuando escuchan que el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), la milicia que se ha apoderado de una parte de Oriente Medio, es «más radical que Al Qaida». Durante la última década se ha invertido tanta tinta y tanta retórica en presentar a la organización de Osama bin Laden como un mal absoluto que no parece haber espacio para nada que pueda considerarse peor. La realidad es, sin embargo, que el EIIL no es ni más ni menos radical que Al Qaida. Ideológicamente, defiende lo mismo: el establecimiento de un estado religioso regido por lo que se denomina «la ley islámica» -un término vago que puede significar muchas cosas distintas pero que tiende a derivar en la peor versión posible-. Es un proyecto que puede parecer inquietante, y que de hecho lo es, pero no especialmente novedoso. Podemos verlo ya realizado, por ejemplo, en Arabia Saudí, la cuna de la ideología en cuestión, el salafismo. Y lo curioso es que a este país solemos contarlo entre los «regímenes moderados» del mundo árabe. El EIIL fue creado y armado precisamente por Arabia Saudí, y entrenado por Estados Unidos en Jordania. Solo se lo ha considerado radical cuando ha dejado de luchar contra Al Asad en Siria para concentrarse en conquistar las áreas suníes de Irak. La crueldad con la que lo ha hecho no es en nada distinta de la desplegada por las otras milicias de la oposición siria o por el ejército al que combaten, o la del Ejército iraquí que va a combatirles a ellos ahora.

El EIIL no es más radical que Al Qaida, sino simplemente más eficaz. El principio fundamental de Al Qaida, el de la yihad global, nunca ha logrado atraer más que a una minoría heterogénea de sociópatas. Donde la yihad ha prendido de verdad y ha tomado la forma de una sublevación ha sido por razones estrictamente locales, desarrollando sus propios órganos y dirigentes con objetivos limitados a su país. En algunos casos, y por razones puramente formales, estas guerrillas aceptaban ser consideradas «franquicias» de Al Qaida. Pero ahora el EIIL ha dado el paso de despreciar a Al Qaida e incluso enfrentarse sus franquicias en Siria. Como había sucedido ya en Mali, el EIIL se ha aliado además localmente con fuerzas que ni siquiera son islamistas, como los antiguos militares de Sadam Huseín y los exbaazistas. Es otro golpe a la idea de «yihad global» o incluso la de yihad sin más. Como en su época le sucedió al internacionalismo socialista, las utopías globales abstractas tienen poco tirón a la hora de descender al campo de batalla de verdad. Se imponen otras fidelidades: la familia, la tribu, la secta religiosa. La guerra, por definición, no es moderada.

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