«¿Dónde está el Ejército en el que se gastaron millones?»

Mohamad Ali Harissi BAGDAD / AFP

INTERNACIONAL

Un centenar de voluntarios han respondido a la llamada de Al Maliki de unirse al Ejército.
Un centenar de voluntarios han respondido a la llamada de Al Maliki de unirse al Ejército. AHMED SAAD < / span>Reuters< / span>

Bagdad permanece vacía, «la gente no sale, tiene miedo», dice un vecino

13 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Bagdad vivía ayer con el corazón en un puño, sus calles casi desiertas y muchos comercios cerrados. La angustia reina ante la posibilidad creciente de que los yihadistas lleguen a la capital iraquí. «Bagdad está desierta por segunda vez consecutiva, la gente no sale, tiene miedo» explica Zeid, un periodista de 33 años. «Los rebeldes armados están a 90 kilómetros. Están a las puertas de Bagdad, pueden llegar en cualquier momento», recuerda Zeid.

Los iraquíes viven en la angustia desde que la segunda ciudad del país, Mosul, toda la provincia de Nínive y regiones enteras de Kirkuk y Saladino cayeron en manos de los temidos milicianos del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). Sentado con un amigo en un restaurante prácticamente vacío, en pleno centro de Bagdad, Zeid está angustiado. «No entendemos qué está pasando. ¿Dónde está el Ejército en el que se gastaron miles de millones? ¿Cómo abandonan sus cañones en manos de los rebeldes?». «Tengo miedo por mí y por mi familia. Si tuviera a dónde ir, ya me habría ido», añade.

Como la mayor parte de los bagdadíes, teme que el asalto sea inminente. Los temores de los habitantes de Bagdad no son infundados porque, según Zeid, «quitaron puntos de control y se oyeron detonaciones durante la noche». «Vivimos en estado de shock y con miedo, un miedo que no habíamos conocido desde el año 2003», fecha de la invasión estadounidense de Irak que condujo a la caída del régimen de Sadam Huseín. Sin embargo, atentados particularmente sangrientos han ido sacudiendo regularmente a las principales ciudades iraquíes en las últimas semanas.

La calle comercial de Karrada, una arteria del centro de la capital normalmente muy animada, llena de pequeños restaurantes y cafés siempre abiertos, estaba desierta. «La clientela ha bajado», dice resignadamente Salam, un barbero de 25 años. «La actividad en todos los sectores bajó en los últimos dos días». «Tememos los acontecimientos» en el norte del país, «pero esperamos que no lleguen hasta Bagdad», añadió.

Abu Alaa, un cristalero de 54 años, es más explícito: «Todo el mundo está desorientado. La población se siente desamparada, sin protección», se lamenta en su pequeño taller de Karrada. Bajo un calor sofocante, Alaa confiesa que tiene miedo de convertirse «en un refugiado». «Todo puede suceder en Bagdad, era una situación impensable hace un mes, pero que puede suceder en cualquier momento ahora», concluye.

Las agencias humanitarias de la ONU advertían ayer de que los desplazados pueden llegar rápidamente al millón, informa Efe. Alrededor de 500.000 personas, la mitad de ellas niños, ya han abandonado sus hogares desde que estalló la violencia en Mosul. Esas agencias ya trabajan sobre el terreno, mientras que Londres anunció que el envió a Irak de un equipo que evaluará las necesidades humanitarias de los civiles.

Un centenar de hombres han respondido a la llamada del presidente Nuri al Maliki a «formar unidades de voluntarios» para luchar contra los yihadistas.

Las agencias de la ONU avisan de que pueden llegar al millón los desplazados