«Le Monde» revela que Francia espía millones de comunicaciones en su territorio

EFE

INTERNACIONAL

El diario apunta que esos procedimientos, preciados por los servicios antiterroristas, no se centran en el contenido de los mensajes, sino en quién contacta a quién

04 jul 2013 . Actualizado a las 18:31 h.

Francia cuenta con un sistema de espionaje de comunicaciones que escruta en su territorio millones de llamadas de teléfono, correos electrónicos o mensajes de móvil bajo un marco legal poco claro, según revela hoy el diario Le Monde. «La Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) recolecta sistemáticamente las señales electromagnéticas emitidas por los ordenadores o los teléfonos en Francia, así como los flujos entre Francia y el extranjero: la totalidad de nuestras comunicaciones son espiadas», señala el diario.

Esos procedimientos, preciados por los servicios antiterroristas, no se centran en el contenido de las comunicaciones, sino en los «metadatos», es decir, quién contacta a quién. «La DGSE recolecta los datos de las llamadas de millones de abonados, identificando a los interlocutores, el lugar, la fecha, la duración y el peso del mensaje -indica el diario-. Lo mismo con los correos electrónicos (con la posibilidad de leer el asunto del correo), los SMS, los faxes... Y toda actividad que pase por Google, Facebook, Microsoft, Apple, Yahoo!». «Los políticos lo saben perfectamente, pero el secreto es la regla», añade Le Monde.

Según el rotativo, el almacenamiento de esos datos «durante años» se trata de una práctica ilegal, a lo que las fuentes de los servicios secretos del diario precisan que es «alegal», es decir, que no está regulado pero tampoco prohibido. El espionaje está legislado, «no hay nada previsto sobre el almacenamiento masivo de datos por los servicios secretos».

Esos datos están a disposición de una serie de agencias francesas de seguridad, desde los servicios aduaneros a la inteligencia militar, interior, exterior y financiera, entre otras. Le Monde no especifica, sin embargo, que Francia lleve a cabo estas prácticas fuera de su territorio, pero sí detalla una «larga tradición» de espionaje industrial y comercial que data, al menos, de los años cincuenta del siglo XX, durante la guerra fría. «La DGSE pone a disposición de los responsables de las grandes empresas francesas, en una sala protegida de su sede de París, documentos comerciales confidenciales robados gracias a los potentes medios de interceptación de los que dispone la agencia francesa», apunta el periódico.

Como ejemplo concreto de ese tipo de espionaje, el diario se remonta a noviembre del 2011, cuando en su habitación del hotel Crowne Plaza de Toulouse, el presidente de la compañía aérea China Eastern se encontró «frente a frente» con tres hombres que registraban sus maletas. Los individuos, que abandonaron «precipitadamente» la habitación, olvidaron un ordenador, llaves maestras y un lector de DVD. «La justicia desestimó el caso», precisa el diario, que recuerda también cómo en 1989 el FBI estadounidense desmanteló una red de agentes franceses infiltrados en compañías como IBM, Texas Instruments y Corning Glass. Seis años después, fue París quién expulsó a varios agentes de la CIA y diplomáticos estadounidenses por haber desplegado una «amplia red de espionaje económico» en territorio galo.

«Como desveló en enero del 2011 WikiLeaks, Francia está considerada en el mundo del espionaje como una de las naciones más activas en ese campo, una apreciación que se extrajo de telegramas redactados por diplomáticos estadounidenses en Berlín», precisa Le Monde.