Una tradición de máxima dificultad

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El Celta siempre ha mejorado sus números en la segunda vuelta desde su regreso a Primera

16 ene 2016 . Actualizado a las 16:58 h.

El Celta inicia la segunda vuelta con el reto de mantener la tradición. Desde que volvió a Primera División en el verano del 2012 siempre ha sumado más puntos en la segunda mitad del campeonato que en la primera, aunque ese objetivo en esta ocasión se vuelve especialmente dificultoso teniendo en cuenta que los vigueses alcanzaron el ecuador del curso con 31 puntos.

El arranque de la segunda vuelta se presenta como un reto integral. Porque el equipo de Berizzo viene de encadenar tres derrotas consecutivas, algo que no sucedía desde diciembre del 2014 como parte de aquella racha de diez jornadas consecutivas sin ganar. A la estadística hay que añadirle el juego menguante del equipo, algo generado por la plaga de lesiones, las sanciones y la salida inesperada de Augusto. Demasiados imponderables para la plantilla más corta de Primera División. De hecho, para hoy el Toto cuenta con 17 jugadores del primer equipo, algo que ha pasado de ser excepcional para convertirse en norma.

Conglomerado de aspectos que hablan de la dificultad de mantener la tradición de superar la puntuación de la primera vuelta. Porque en la primera temporada (12/13) el Celta que comenzó entrenando Paco Herrera y acabó en las manos de Abel Resino sumó un punto más (19 frente a 18) en la segunda parte del campeonato. Y ese punto fue capital para alcanzar el milagro de la permanencia con 37 puntos. Aquel equipo, a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato tenía exactamente los mismos 31 puntos que el grupo de Berizzo luce en la actualidad (y desde hace tres jornadas).

«Comienza una segunda ronda en donde debemos ir por muchos puntos y recuperar también nuestro fútbol y ganar a través de ese fútbol. Ojalá podamos repetir y sostener todo lo bueno que hicimos en la primera», comentó Eduardo Berizzo a modo de pistoletazo de salida para el nuevo ciclo que esta tarde comienza.

En las últimas dos campañas la diferencia entre el primer y el segundo ciclo de la Liga la diferencia ha sido abismal en clave celeste. En ambos casos con 30 puntos de diferencia. Porque bajo la batuta de Luis Enrique el Celta de la temporada 13/14 pasó de los 19 puntos a la conclusión de la primera vuelta a los 49 lució a la finalización del campeonato después de una excelente segunda vuelta con la guinda de un runch final espectacular.

Berizzo en su primer año clavó la trayectoria, aunque con picos distintos. Tras un arrollador inicio llegó el parón de las diez jornadas, lo que significó que el cuadro vigués acabase con 21 puntos la primera vuelta. En la segunda los números se dispararon hasta los 51.

Impulso clasificatorio

En estos dos últimos años, el equipo también ha pegado un impulso clasificatorio con el paso de las jornadas, algo que repetir parece poco menos que imposible dado el escenario actual (el equipo es el quinto clasificado). El curso pasado los de Berizzo avanzaron tres puestos (del undécimo al octavo), aunque el cambio más notorio lo firmó Lucho al ganar seis puestos en una ronda (del décimo quinto al noveno). La única vez que se invirtió la tendencia fue en el primer año del regreso, ya que los celestes llegaron a mitad de la Liga con dos puestos de margen sobre el descenso y acabaron como décimo séptimos, alcanzando la vuelo el último billete para la permanencia. Un abanico de alicientes para mantener la ilusión.

Recuperar el fútbol y los puntos, premisas ante el Levante

El Celta pretende, y necesita, volver a la senda del triunfo pero no lo quiere hacer a cualquier precio. Los vigueses aspiran volver a sumar pero con fútbol, recuperando sus mejores sensaciones frente a un Levante que comienza a levantarse de la mano de Rubí, pero que llega a Balaídos como colista, aunque tan solo a un partido de salir de la zona de descenso.

Con Nolito sin el alta por el momento y con Fontás lejos del regreso, Berizzo tiene que mantener la apuesta de las últimas semanas para formar un once de garantías. Todo indica que repetirá el mismo equipo que jugó el domingo pasado ante el Atlético de Madrid, aunque la presencia masiva de jugadores ofensivos en la convocatoria hacer pensar también en un plan B. De entrada, solo repetirán Sergi Gómez y Radoja con respecto al once de Copa.

De inicio, Sergio apunta a la portería aunque con la sombra de las rotaciones sembrando las dudas, mientras que la línea defensiva ha conseguido afianzarse de nuevo con su cuarteto tipo. Eso sí, con dos jugadores (Hugo Mallo y Sergi) al borde de la suspensión por acumulación de tarjetas.

Especialmente importante será ver el paso adelante de Radoja en el centro del campo. Nemanja llegó al partido con el Atlético avalado por su despliegue de Cádiz, pero el serbio sufrió mucho ante el líder. Ahora se repite la historia, pero con la obligación de demostrar jerarquía ante los granotas.

Con el Tucu Hernández como acompañante en el doble pivote, quedan dos interrogantes a resolver. El primero, si Wass continuará en la banda derecha para que Orellana gobierne el juego desde un punto indefinido. El segundo, si el Toto busca algún punto de sorpresa buscando una alternativa a Bongonda, lo que parece difícil teniendo en cuenta que mover el sistema de juego nunca es una opción para el técnico, que prefiere buscar los cambios a través de los jugadores.

Enfrente estará un Levante que desde el relevo de entrenador ha cambiado el cerrojo por un fútbol más combinativo y que después de tres derrotas consecutivas viene de ganar al Rayo en un partido clave. Además, los de Rubí, fuera de la Copa del Rey, han tenido toda la semana para preparar la contienda a conciencia, ya que sus 14 puntos le dejan sin margen.

En Vigo no pueden contar con los lesionados Víctor Casadesús, José Mari y Juanfran García, tampoco contar con Verza por sanción y prescindió por decisión técnica de Nikos.