El buñuelo con palomitas que llevará a Andrea y Miguel a comer a Culler de Pau

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

SABE BIEN

Andrea Maseda y Miguel Morán, durante la final del Xuventude Crea
Andrea Maseda y Miguel Morán, durante la final del Xuventude Crea PACO RODRÍGUEZ

Dos jóvenes de Muimenta, en Cospeito, ganan el certamen de cocina aficionada Xuventude Creea

30 oct 2022 . Actualizado a las 11:44 h.

Andrea Maseda y Miguel Morán son dos jóvenes de Muimenta, en el municipio lucense de Cospeito, a los que su pasión por el buen comer les ha llevado a ponerse a los mandos de los fogones delante de un jurado. Concretamente, del jurado del certamen Xuventude Crea, una iniciativa de la Xunta que pretende incentivar el talento culinario de los jóvenes gallegos que no se dedican profesionalmente a ese sector.

Un postre bautizado como «Perlas de pistacho e chocolate branco con natillas de castaña e flocos de millo» es la creación que ha dado a Andrea, que es gestora sociocultural, y Miguel, arquitecto de profesión, la victoria en el concurso en su tercero intento. Los dos años anteriores habían quedado segundos con dos platos salados y de cocina ecológica, pero en esta ocasión Andrea, un torbellino creativo, propuso a su compañero, la parte metódica del equipo, crear algo a partir de unas palomitas de maíz. El resultado fue un postre que consiste en unos buñuelos rellenos de crema de pistacho, chocolate blanco y queso que se acompaña, en dos vasitos aparte, de una natilla de castañas y de palomitas, como si de un rebozado se tratase, además de pistachos tostados.

«Queríamos que fora o propio comensal o que rematase o prato, de xeito que o que fixemos foi poñer dous vasiños nos que mollar o buñuelo. É outro xeito de gozalo», describe Andrea.

El plato creado por Maseda y Morán
El plato creado por Maseda y Morán

Un premio para un capricho

El primer premio del Xuventude Crea, cuya final se celebró ayer en Santiago, está dotado con 3.000 euros que los lucenses destinarán a disfrutar de la comida. «Nós empregamos os premios para financiar o bo comer! O que gañamos destinámolo á mesa e a vivir experiencias culinarias que, doutro xeito, non poderíamos permitirnos», desvela. Parte de los 1.500 euros que ganaron en una edición anterior lo destinaron, por ejemplo, a comer en Aponiente, el restaurante del chef Ángel León en el Pueto de Santa María, y con el dinero ganado este año es muy probable que hagan una reserva en Culler de Pau o en el restaurante de Martín Berasategui.

¿Cómo llegaron Andrea y Miguel a presentarse al Xuventude Crea? Pues casi por casualidad. Andrea sabía del certamen y barajaba presentarse en la categoría de novela corta, pero el tiempo le apremiaba y no tenía ninguna obra acabada. «Vimos que había unha opción de cociña á que podíamos presentarnos en equipo e dixemos, vamos aló».

Dos segundos puestos y el primero de este año avalan la decisión que tomaron en su día, un reto al que llegaban con la etiqueta de aficionados sin formación en cocina. «Para nós é unha afición. Somos autodidactas. Eu cociño porque me gusta comer. Son vexetariana dende os nove anos e iso tamén me xerou a necesidade de meterme na cociña para comer algo fóra do habitual. Miguel si medrou máis entre fogóns, pero ningún temos formación», explica Andrea.

Esa pasión por disfrutar de la cocina es la que les ha llevado hasta el Xuentude Crea y, aunque su prioridad es crecer en sus profesiones, admite la cocinera que no cierran la puerta a tener, en un futuro, algún proyecto vinculado al rural y a la degustación de platos diferentes. Algo que no les ate a ellos a los fogones, pero que les permita disfrutar e impulsar la cocina en la que creen, con protagonismo para la economía circular y los productos kilómetro cero. Pero mientras eso llega, Miguel y Andrea seguirán gozando de la comida.