Turismo regulará el uso de Airbnb para frenar su competencia con los hoteles

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

A partir del 2017 exigirá condiciones a los propietarios de viviendas que usen este servicio

21 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las conocidas como «viviendas turísticas» tienen sus días contados en el limbo fiscal y tributario en el que se encuentran. Al menos en Galicia. Con el objetivo de garantizar una mayor seguridad para el usuario y una competencia digna con el sector hotelero, el gobierno autonómico ha puesto en marcha un decreto que regulará, a partir del 2017, las condiciones que deben cumplir los propietarios de estos alojamientos que publican sus casas para alquilar en plataformas de economía colaborativa como Airbnb o Homeaway.

En Galicia, la normativa seguirá la estela de la vigente regulación catalana, aunque según aseguran fuentes de Turismo, sin ser tan restrictiva. Asimismo, quienes quieran ofertar su casa a través de una página web por períodos inferiores a 30 días tendrán que cumplir requisitos tales como una declaración previa al inicio de la actividad en la Administración turística; tendrán que contar con un servicio telefónico 24 horas para la atención del usuario; existirán hojas de reclamación -con su correspondiente rótulo informativo de disponibilidad de las mismas-; o se contará con la copia de declaración responsable del inicio de la actividad donde conste un registro de entrada.

Sin afán recaudatorio

Desde la Consellería de Turismo afirman que estas medidas no tienen un afán recaudatorio, razón por la cual están impartiendo charlas por los enclaves más turísticos de la comunidad -como Baiona, Sanxenxo o Santiago- explicando las novedades que se introducirán con la aprobación, prevista para el final del verano, de este decreto. En el caso de que los requisitos estipulados no se cumplan habrá sanciones. Las infracciones, que van de leves a muy graves, las recoge la Ley 7/2011 de turismo de Galicia. Las cuantías de las multas, que oscilan entre los 300 y los 90.000 euros, todavía no se han asociado a infracciones concretas en el terreno de la economía colaborativa.

Según el Clúster de Turismo de Galicia, no se trata de «intentar tapar el sol con un dedo» si no de adaptar las exigencias legales a un nuevo modelo de comercialización turística. Y es que el impacto negativo que Airbnb o Homeaway ejerce sobre los hoteleros es notorio. Aunque el sector, según informa el Clúster de Turismo, está especialmente preocupado por la falta de regulación, que puede repercutir negativamente sobre la experiencia del usuario y, por tanto, sobre la imagen generalizada que queda del lugar en el turista. Del mismo modo, un buen número de hoteleros rechaza prohibir este tipo de empresas -situación que ya se ha producido en ciudades como Berlín o Nueva York-, ya que cree que al no ofrecer servicios complementarios como los que albergan los hoteles el perfil del turista es distinto. Esto no evita que exijan una normativa lo más rápido posible para este tipo de viviendas turísticas.

Una empresa de economía colaborativa valorada en 22 millones de euros

Los nuevos hábitos de consumo, vinculados sobre todo a la crisis económica y al desarrollo de las tecnologías móviles han sido el caldo de cultivo de la economía colaborativa. Este tipo de consumo se basa en un intercambio de bienes entre dos partes que se desarrolla íntegramente en el mundo digital, pero que bajo el manto de la colaboración, estas plataformas compiten con condiciones mucho más ventajosas que sus homólogos tradicionales. Tal es el caso de Blablacar o Airbnb.

Esta última plataforma -que ya está siendo regulada en Madrid, Aragón, Andalucía o Cataluña- permite poner en contacto a propietarios de viviendas que quieren poner en alquiler sus casas en su ausencia con usuarios interesados en un alojamiento para pasar un período vacacional. Esta sencilla idea, surgida de la mente de tres californianos de 35 años en el 2009, en la actualidad está valorada en 22 millones de euros.