Una parroquia de Lugo, contra sus inmigrantes

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

GALICIA

Vecinos de Rubiás, en Lugo, se unen para intentar echar a unos vecinos a los que acusan de una oleada de robos

09 jun 2014 . Actualizado a las 12:59 h.

En Rubiás, una parroquia del municipio de Lugo muy próxima a la capital, los vecinos están estos días en plena movilización para poner freno a la oleada de robos que vienen sufriendo desde hace meses. Tienen bajo sospecha a un grupo de inmigrantes que viven en condiciones poco recomendables en una finca de la parroquia. Aunque la policía incrementó la vigilancia en la zona, los robos y los intentos de robo no cesaron del todo. Ahora, los vecinos estudian la posibilidad de adquirir entre todos la finca en la que se encuentra el asentamiento inmigrante, aunque es una opción que algunos no ven fácil de materializar.

Ayer hubo reunión vecinal por la tarde. En el local de la antigua escuela de Rubiás se juntaron los vecinos, que prefirieron que los fotógrafos no los retratasen. La cita tenía por objeto estudiar la posibilidad de adquirir la finca en la que se encuentra el asentamiento inmigrante. Según algunas versiones, el propietario del terreno, que reside en Madrid y lo tiene alquilado a los inmigrantes, está dispuesto a vendérselo al resto de los vecinos. En la reunión de ayer, según trascendió, se analizaron las opciones que tiene la comunidad vecinal de comprarlo, o de que lo hagan los propietarios de las fincas colindantes. Es un asunto que estudiarán en los próximos días. Esa será una decisión en la que pesarán, por un lado, el precio fijado por el dueño y las disponibilidades de la comunidad, y, por otro, las notables limitaciones urbanísticas que impone el PXOM de Lugo en esa zona. Al parecer, el dueño de la finca vivió anteriormente en la capital lucense y se dedicaba a la compraventa de caballos.

A la Fiscalía y al Concello

Rubiás es noticia desde hace semanas por el aumento del número de robos, y los vecinos decidieron airear su situación. Lo hicieron difundiendo los escritos que presentaron en la Fiscalía, en el Ayuntamiento de Lugo y en la Subdelegación del Gobierno para exigir que las autoridades adopten medidas. Y una de las primeras fue la convocatoria por el subdelegado del Gobierno, Ramón Carballo, de una reunión de la mesa técnica de la junta local de seguridad. A ella fueron invitados tres representantes vecinales, uno de ellos presidente de la comunidad de montes, y otro, de la asociación vecinal.

Al mismo tiempo que presentaban los citados escritos, los vecinos iniciaron una recogida de firmas, tarea en la que siguen inmersos. Las rúbricas avalarán un nuevo texto que será enviado a la Fiscalía de Lugo. De acuerdo con las versiones recabadas, son ya muy numerosas las firmas que han conseguido también en las parroquias de los alrededores de Rubiás. De las denuncias presentadas, al menos una de ellas fue sobreseída en el juzgado, dado que no había personas acusadas. Esa decisión judicial no ayudó en nada a mejorar el estado de ánimo en la parroquia.

Casi al mismo tiempo, uno de los afectados por los robos comprobó hasta qué punto son vulnerables sus propiedades. Hace unas semanas le desapareció un cortacésped eléctrico. Pensó entonces que de poco le iba a servir el aparato a los cacos porque no se habían llevado el cargador. Pero eso mismo debieron de pensar los ladrones, que volvieron sobre sus pasos y se hicieron finalmente con el cargador que habían olvidado.

Un mercado negro

En la parroquia de Rubiás, la paciencia de los vecinos empieza a agotarse. Quieren soluciones. El trabajo policial es constante, pero aun así el problema no parece acabar de resolverse. En las últimas semanas, los vecinos llegaron a apuntar sus sospechas de que detrás de esta oleada haya un mercado negro. Incluso creen que hay alguna vía por la que los aparatos robados en esta parroquia lucense podrían llegar a otros países.

Hay quien piensa incluso que alguno de los robos pudo responder a un encargo tramitado en dicho mercado negro. En todo caso, lo que quieren los vecino es que cesen los robos para recobrar la normalidad.