Los jóvenes atrapados en O Ézaro: «Pensabamos que non saiamos»

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

GALICIA

Los bomberos rescataron del Xallas a parte de los 22 barranquistas

21 abr 2014 . Actualizado a las 20:08 h.

«Estabamos todos mollados e pasamos moito frío». «Pensabamos que non saiamos de alí». «Vés para pasalo ben unha tarde e acabas coa peor experiencia da vida». «A xente nas casas estaba flipando porque ningún colliamos os móviles». Las expresiones de los 22 barranquistas, ya a salvo y todos ilesos, hablan a las claras de la angustia que sufrieron entre las cinco de la tarde del sábado y los cuatro de la madrugada del domingo, al quedar atrapados en el último tramo del río Xallas, que incluye el descenso de la cascada de O Ézaro, en el municipio coruñés de Dumbría.

Habían iniciado la actividad, que para muchos era su bautizo en el mundo del rápel (descenso con cuerdas de superficies verticales), a las 16 horas y, entorno a las 23, cuando la iluminación turística de la cascada se apagó, solo habían conseguido bajar los cuatro primeros aficionados y uno de los dos guías, que además contaban con el apoyo de otro compañero de dilatada experiencia.

A la quinta participante, una de las chicas más jóvenes, se le enganchó el pelo en el ocho, la doble argolla por la que pasa la cuerda para controlar la velocidad.

El guía que quedaba en la parte superior se vio obligado a descender una decena de metros para ayudarla, cortando un mechón del cabello, y entre el resto de participantes empezó a extenderse el pánico. Aunque los operarios de la empresa Ferroatlántica volvieron a iluminar la cascada, la mayoría ya no querían bajar, aunque según explicaron los monitores era la opción más sencilla y rápida.

Los amigos y familiares empezaron a preocuparse por la falta de noticias y alertaron al 112. Se activó un dispositivo de emergencias y los bomberos del parque de Cee, apoyados por la Guardia Civil y Protección Civil, establecieron líneas de vida para que la última quincena de participantes retrocediesen por el tramo y saliesen a través del monte. En torno a las 02.00 horas estaban todos a salvo, el Concello les facilitó mantas, bebidas y bocadillos, con lo que, salvo algunos arañazos y el intenso frío, todo quedó en un susto.