La actual situación de crisis crea temor ante cualquier reforma en el modelo
09 dic 2013 . Actualizado a las 12:13 h.Desde que comenzó la crisis las Administraciones sanitarias han comenzado a tomar medidas que afectan a la sanidad. Algunas necesarias, otras eficientes, y otras cuestionables, según los expertos. El contexto no es el más adecuado. Las ineficiencias deben corregirse en momentos económicos estables. De otra forma, se perciben como recortes y llegan a las familias en el peor momento.
Los cambios en la farmacia
En el año 2009 el Sergas destinó a recetas más de 924 millones de euros, a los que hay que sumar el gasto farmacéutico hospitalario. Es una cifra que no dejaba de crecer, con una prescripción de genéricos de en torno al 11 %. En el 2012 el gasto destinado a medicamentos que se recogen en las oficinas de farmacia cayó a 710 millones. El aumento de genéricos -actualmente ronda el 40 %- derivado primero del llamado catálogo gallego de medicamentos, y después de las leyes estatales que solo financian los fármacos que no superan el precio menor, es uno de los motivos del ahorro. Hay más, y menos inocuos. Uno ha sido la exclusión de la financiación pública de cientos de fármacos. Y desde julio del 2012, el copago de los pensionistas, los grandes consumidores de fármacos. La última medida en relación al gasto farmacéutico es la inminente aplicación del copago en las recetas que se recogen en la farmacia hospitalaria. Será en enero y afectará, según estimaciones de Sanidade, a en torno un millar de pacientes, que pagarán el 10 % del precio del fármaco hasta un máximo de 4,2 euros por envase. El ahorro anual estimado será de 250.000 euros.
Los cambios en el personal
Los motivos que llevan hoy a la huelga a los sindicatos son también sociales, pero no hay que olvidar las reivindicaciones laborales. Como colectivo no han sufrido bajadas específicas de su salario más allá de las que se aplicaron a todos los empleados públicos, pero sí otras medidas que afectan a sus condiciones de trabajo. Antes de la crisis se puso en marcha la carrera profesional que llevó a un incremento retributivo en función del grado de carrera, una medida que quedó paralizada con la recesión. Se suspendió el plan de mejora de atención primaria, que recogía un aumento de la plantilla de los centros de salud y puntos de atención continuada, y se redujeron las sustituciones. El personal de enfermería sin plaza pasó de ser un colectivo casi sin paro a no tener apenas llamadas para hacer sustituciones. Galicia debe ceñir a un 10 % la tasa de reposición a la hora de convocar ofertas de empleo. En este momento están pendientes los exámenes de una OPE con 176 plazas de médicos, y se ha anunciado otra de 165 plazas para personal médico y de enfermería.
Los cambios en la asistencia
La asistencia sanitaria también se ha visto sometida a cambios. Primaria es la gran herramienta para descongestionar la atención especializada, así que los profesionales de los centros de salud realizan cada vez más tareas que antes requerían de la atención especializada. Las citologías rutinarias ya no llegan a la consulta del ginecólogo, los médicos de cabecera pueden solicitar más pruebas diagnósticas, y con la receta electrónica se prescriben tratamientos para enfermos crónicos durante meses. La última medida para ayudar a agilizar los centros de salud apenas tiene una semana, la consulta telefónica. Y las que llegarán no muy tarde, el copago en base a la renta del transporte sanitario no urgente, del material ortoprotésico, y de los productos dietéticos.
Los cambios en el modelo
La Consellería de Sanidade ha plasmado en el documento Estratexia Sergas 2014 su hoja de ruta de los últimos años. Y uno de los objetivos es integrar los procesos asistenciales. Si hace unos años los centros de salud de un área sanitaria tenían un responsable, y el hospital otro, ahora atención primaria y especializada se integran en una misma gestión. En la misma dirección se encaminan las llamadas áreas de gestión clínica que han generado tanto rechazo, integrar procesos asistenciales y que el sistema gire en torno al paciente. Estas áreas llevan aparejados personal y recursos propios, por lo que el miedo a la privatización es la principal barrera entre trabajadores y responsables sanitarios y uno de los motivos de la huelga.
Los cambios en las esperas
Lo cierto es que no ha habido grandes cambios en el tiempo que esperan los pacientes para operarse, y en cifras globales han ido a peor. En septiembre del 2008 la media era de 92 días, y en el 2009 se repetía la cifra. En septiembre del 2013, la última cifra oficial, la demora es de 99 días. Los actuales responsables sanitarios aseguran que lo importante es priorizar por patologías. En la Estratexia Sergas se recoge que los pacientes de prioridad 1, los más graves, aguardaban 40,2 días para operarse en marzo del 2009. Ahora lo hacen 17,7 días. El Parlamento aprobó la semana pasada una ley de garantías sanitarias para que los pacientes de determinadas patologías no esperen más de 60 días para operarse. Actualmente cinco mil llevan esperando más de seis meses.
Los cambios en el futuro
Además de los copagos que están por llegar, el Sergas anunció un cambio en el modelo retributivo del personal, aunque vinculado siempre a la parte variable del salario, nunca a la fija. A finales del 2011, Feijoo planteó el posible cobro de servicios no sanitarios, tales como limpieza o comida, aunque el debate se quedó ahí. La evolución de la crisis será clave en la adopción de medidas que debieran tomarse en base a la eficiencia y no a la coyuntura económica.